Ahora no me puedo extender en palabras, pero solo pido que sople el viento de la memoria y que nunca se olvide tantas esperanzas truncadas, que nuestras raices no se borren de la Historia.
Os dejo el reportaje de "El Exilio" que emitieron ayer en la segunda de televisión española. No os lo perdáis. Besos.
Mi despedida y homenaje a J. Antonio Labordeta, un referente para los que amamos la libertad.
lunes, 20 de septiembre de 2010
miércoles, 15 de septiembre de 2010
ALBACETE EDITARÁ UN LIBRO CON LA LISTA DE FUSILADOS POR EL FRANQUISMO
Pretende que los familiares de los represaliados conozcan dónde están ubicados los restos de los 750 fallecidos.
laverdad.es/ELÍAS JIMÉNEZALBACETE/23-07-2010
«Para dar cumplimiento a la orden del Ilustrísimo Señor Gobernador Militar de la Plaza se servirá dar las órdenes necesarias para que el día de mañana, a las seis treinta, se halle dispuesta la fosa necesaria para el enterramiento de los reos que al dorso se citan que serán ejecutados a dicha hora. Dios guarde a V. muchos años. Albacete, 28 de noviembre de 1939. Año de la victoria».
Este breve escrito de apenas doce líneas da una idea de lo desgarradora y cruel que fue la represión franquista en los primeros meses tras el final de la Guerra Civil y que supuso la ejecución de en torno a 750 personas en las tapias del Cementerio Municipal Virgen de los Llanos. En el dorso que cita el escrito aparecen los nombres de los siete presos que fueron ejecutados en la mañana del 29 de noviembre de 1939: Juan Sánchez Pina, José Jiménez Gandía, Marcos Sánchez Pina, Francisco Martínez Millán, Felipe Sáez Tornero, Juan Milla Tornero (todos ellos de Montealegre del Castillo) y José Griñán Gómez, vecino de Albacete. Había pastores, braceros, jornaleros, chóferes y hasta empleados de hacienda, y todos ellos fueron fusilados por el régimen en las tapias del Cementerio.
Es una muestra, pero no la única, del estudio que han realizado una historiadora (Yolanda López) y una humanista (Mercedes Galiana) para el Ayuntamiento de Albacete sobre los fusilamientos que tuvieron lugar en las tapias del cementerio municipal entre 1939 y 1948 por el régimen franquista y en el que aparecen los nombres y apellidos de los 750 fusilados en la capital entre esos ejercicios, «porque en Albacete no se fusiló a nadie en las cunetas», recordó la concejal de Cementerios, Aurora Zárate, que ayer presentó junto a la portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento, Rosario Gualda.
Y e s que con este listado se da cumplimiento a la Ley de Memoria Histórica y al pacto de gobernabilidad entre PSOE e Izquierda Unida, que incluso aprobaron una moción conjunta en el pleno municipal en el verano del 2008.
La realización del estudio ha sido compleja porque ha habido que cotejar las cuatro líneas de archivo de los datos del cementerio municipal «porque en algunos casos no coincidían los nombres y los apellidos» y se ha realizado a través del plan de choque.
En este listado no aparece sólo el nombre y apellidos de todos los fusilados en la capital, sino también dónde fueron enterrados en un primer momento y todos los traslados que hayan tenido hasta la ubicación que ocupen en la actualidad.
Todos ellos fueron enterrados en fosas comunes en el Cementerio, pero con el paso de los años, unos fueron trasladados por sus familiares a otros nichos, algunos se llevaron con los restos de otros enterrados en la misma fosa y algunos más fueron desenterrados de la fosa común para ser llevados al osario general del Ayuntamiento donde se mezclaron con los restos que se trasladaron del antiguo cementerio.
Difícil exhumar restos
Esta situación hace difícil que el Ayuntamiento se plantee exhumar los restos de los represaliados pese a que ya existe media decena de peticiones. En algunos casos hay varios cuerpos en el mismo nicho y las familias no se ponen de acuerdo «por lo que hasta que no haya una resolución judicial no podemos actuar», reconoció Zárate.
Ahora el Ayuntamiento pretende editar un libro, no sólo con el listado de los represaliados, sino también con las órdenes que constan en los archivos para la apertura de fosas para el enterramiento de los fusilados, «para que los familiares puedan tener acceso a toda esta información».
La portavoz de IU también se felicitó de la elaboración de este proyecto «con un fuerte contenido ideológico», pero se lamentó que el Ayuntamiento no haya aprobado la construcción de un memorial y la entrega de placas de reconocimiento a los familiares.
laverdad.es/ELÍAS JIMÉNEZALBACETE/23-07-2010
«Para dar cumplimiento a la orden del Ilustrísimo Señor Gobernador Militar de la Plaza se servirá dar las órdenes necesarias para que el día de mañana, a las seis treinta, se halle dispuesta la fosa necesaria para el enterramiento de los reos que al dorso se citan que serán ejecutados a dicha hora. Dios guarde a V. muchos años. Albacete, 28 de noviembre de 1939. Año de la victoria».
Este breve escrito de apenas doce líneas da una idea de lo desgarradora y cruel que fue la represión franquista en los primeros meses tras el final de la Guerra Civil y que supuso la ejecución de en torno a 750 personas en las tapias del Cementerio Municipal Virgen de los Llanos. En el dorso que cita el escrito aparecen los nombres de los siete presos que fueron ejecutados en la mañana del 29 de noviembre de 1939: Juan Sánchez Pina, José Jiménez Gandía, Marcos Sánchez Pina, Francisco Martínez Millán, Felipe Sáez Tornero, Juan Milla Tornero (todos ellos de Montealegre del Castillo) y José Griñán Gómez, vecino de Albacete. Había pastores, braceros, jornaleros, chóferes y hasta empleados de hacienda, y todos ellos fueron fusilados por el régimen en las tapias del Cementerio.
Es una muestra, pero no la única, del estudio que han realizado una historiadora (Yolanda López) y una humanista (Mercedes Galiana) para el Ayuntamiento de Albacete sobre los fusilamientos que tuvieron lugar en las tapias del cementerio municipal entre 1939 y 1948 por el régimen franquista y en el que aparecen los nombres y apellidos de los 750 fusilados en la capital entre esos ejercicios, «porque en Albacete no se fusiló a nadie en las cunetas», recordó la concejal de Cementerios, Aurora Zárate, que ayer presentó junto a la portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento, Rosario Gualda.
Y e s que con este listado se da cumplimiento a la Ley de Memoria Histórica y al pacto de gobernabilidad entre PSOE e Izquierda Unida, que incluso aprobaron una moción conjunta en el pleno municipal en el verano del 2008.
La realización del estudio ha sido compleja porque ha habido que cotejar las cuatro líneas de archivo de los datos del cementerio municipal «porque en algunos casos no coincidían los nombres y los apellidos» y se ha realizado a través del plan de choque.
En este listado no aparece sólo el nombre y apellidos de todos los fusilados en la capital, sino también dónde fueron enterrados en un primer momento y todos los traslados que hayan tenido hasta la ubicación que ocupen en la actualidad.
Todos ellos fueron enterrados en fosas comunes en el Cementerio, pero con el paso de los años, unos fueron trasladados por sus familiares a otros nichos, algunos se llevaron con los restos de otros enterrados en la misma fosa y algunos más fueron desenterrados de la fosa común para ser llevados al osario general del Ayuntamiento donde se mezclaron con los restos que se trasladaron del antiguo cementerio.
Difícil exhumar restos
Esta situación hace difícil que el Ayuntamiento se plantee exhumar los restos de los represaliados pese a que ya existe media decena de peticiones. En algunos casos hay varios cuerpos en el mismo nicho y las familias no se ponen de acuerdo «por lo que hasta que no haya una resolución judicial no podemos actuar», reconoció Zárate.
Ahora el Ayuntamiento pretende editar un libro, no sólo con el listado de los represaliados, sino también con las órdenes que constan en los archivos para la apertura de fosas para el enterramiento de los fusilados, «para que los familiares puedan tener acceso a toda esta información».
La portavoz de IU también se felicitó de la elaboración de este proyecto «con un fuerte contenido ideológico», pero se lamentó que el Ayuntamiento no haya aprobado la construcción de un memorial y la entrega de placas de reconocimiento a los familiares.
martes, 14 de septiembre de 2010
Fallece María Rodríguez Juárez, una de las mujeres que luchó con los maquis.
Hija de labradores sin tierra, María Rodríguez, alías la “Goyerías”, fue durante décadas uno de los grandes símbolos del movimiento “maqui” al representar a una de las escasas mujeres que, enroladas en las filas anarquistas, huyó a las montañas por la represión franquista para participar de forma activa en los enfrentamientos armados.
Nacida cerca de Guadalupe, en Alía (Cáceres), a quien también se la llamaba “Balbotina”, no le quedó más remedio que comenzar a trabajar en el cortijo “Rañas” hasta que apareció ante sí la gran oportunidad de salir de aquella miserable y ruin rutina. Entre las encinas aparecieron Joaquín Ventas “Chaquetalarga”, todo un mito guerrillero con el que luego tendría un hijo, y Víctor Roque “Miguelete”. También para su hermana Paula, “Migueleta”, quien se enamoraría del otro lugarteniente. Ya no habría vuelta atrás. Habían sido denunciadas por su propia tía, Justa “La Larga”. A partir de entonces, las abruptas y empinadas sierras, casi siempre a la carrera, en su hábitat natural desde muy joven.
Los tres primeros años los pasó en las montañas extremeñas, dentro de la 13º División de la Agrupación Guerrillera, hasta que se asentaron durante algo más de tiempo en el campamento que los ‘maquis’ tenían en los valles de Puebla de Don Rodrigo, por los campos de Ciudad Real. María también participaba en secuestros o atracos para recaudar fondos con los que ir sobreviviendo, aunque declaró tras su detención que ella “siempre se quedaba más atrás”.
Sin embargo, el mayor dolor llegó de la propia traición de sus compañeros, en concreto por “Chaquetalarga” y “Miguelete”, quienes desconfiados de todo lo que se movía, la abandonaron, junto a su hermana, para marcharse ambos a Francia porque la presencia de mujeres, y ya habiendo ya engendrado en la sierra a su hija Paula, era demasiada carga para estar seguros.
Desmoralizadas y con la impotencia de no poder seguir luchando contra la represión franquista, intentaron rehabilitarse a la vida civil y comenzaron a trabajar como sirvientas en la casa del jefe de la Falange de la localidad de Navas del Madroño (Cáceres).
No tardarían en pasar inadvertidas –se recurría entonces de forma habitual a los chivatazos para salvar la vida- y fueron descubiertas por un ex guerrillero delator, Vicente Rubio, conocido como “Pedro el cruel” un 30 de marzo de 1948 y aunque decidieron colaborar con su testimonio, fueron condenadas en un consejo de guerra, tras terribles palizas. ‘Goyerías” a 14 años, de los que cumplió 5, y su hermana Paula a 16.
Era la época en la que entregar por un tiempo, o quizás para siempre, a tus hijos a un familiar o incluso a los pastores- su hermana les cedió los dos- era la norma común. Así lo hizo también María, que cuando se reencontró con su hija pasados unos años, se quedó muda al comprobar que se había casado con un… ¡guardia civil!, según ella misma contó a la revista de historia “Sapiens”.
Desde los años 50, ya retirada de cualquier movimiento guerrero tras salir de la cárcel, y hasta su fallecimiento ayer, se fue a vivir a Cataluña, donde conoció a José Campano, con el que se casó para vivir en una barraca y luego trasladarse al barrio de Bellvitge, en Hospitalet, hasta el fin de sus días.
María Rodríguez Juárez, guerrillera maquis, nació en Alia (Cáceres) y falleció el viernes 10 de septiembre en Hospitalet de Llobregat a los 90 años.
Reportaje de David Vigario.
lunes, 13 de septiembre de 2010
LOS FAMILIARES DE LOS SEIS FUSILADOS DE NAVALCÁN (TOLEDO) RECIBEN LOS RESTOS
Será en un acto público que se llevará a cabo en el Centro Cultural de Navalcán el 23de octubre a las 12,00 horas, con el que se homenajea a estas víctimas de la Guerra Civil.
La Tribuna de Toledo/M. Herrero/Talavera/12-09-2010
Algunas dudas se despejan y muchos ciudadanos puede
n vivir más tranquilos. En 1936 desaparecieron sin dejar rastro; 74 años después sus familiares tienen noticias de sus restos. Son los cuerpos de seis fusilados de la Guerra Civil española que se hallaron en dos parajes de la localidad de Navalcán y que ahora podrán ser devueltos a sus familiares.
El 23 de octubre, a las 12,00 horas en el Centro Cultural de Navalcán, se llevará a cabo un acto simbólico para devolver los restos de los fusilados a sus familias. En febrero de hace tres años se abrieron tres fosas localizadas en los parajes de la Dehesa Nueva y la Cañada de Calabazas para localizar y llevar a cabo las labores de exhumación de los cuerpos de seis hombres.
En la primera fosa se encontraron los restos de Joaquín Sánchez Urdiales, de 38 años y de la familia conocida como ‘Matancha’; de Juan García Blanco, de 41 años perteneciente a los ‘Repica’, y del más joven, que apenas había superado la mayoría de edad, José Cepeda.
Frente a ellos, y cruzando un pequeño arroyo de la Dehesa Nueva, los técnicos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, especializada en exhumación de fosas de la Guerra Civil española, descubrieron el cuerpo de Gregorio Muñoz, de 30 años y de la familia ‘Pirollo’.
En la Cañada de las Calabazas se localizaron los huesos de los cadáveres de los hermanos Lázaro y Mariano Rodríguez Muñoz, de 30 y 27 años, respectivamente.
Marcial Muñoz, miembro de la Asociación para la Memoria Histórica de la Sierra de Gredos y los Montes de Toledo, asegura que «la cantidad de restos hallada ha sido escasa debido a la acidez de la tierra y del ph del agua que es muy agresivo».
En las fosas, junto a los restos, se han encontrado diferentes materiales, como son hebillas de cinturones, proyectiles de balas o botones de uniformes, muestras evidentes de la pertenencia de estos hombres al bando republicano. Como ejemplo, el caso del más joven, José Cepeda, que se hizo miliciano para conseguir un salario y mantener a su familia, le hirieron y regresó a casa para sanarse, los golpistas habían entrado en Navalcán y le mataron.
Los familiares de estas víctimas se muestran satisfechos del trabajo realizado porque dan por concluida una etapa de sus vidas. «Querían recuperar estos restos, hay sentimientos muy fuertes pero también personas que han muerto sin saber que habíamos encontrado a sus desaparecidos», comenta Muñoz.
Tras los trabajos de exhumación para los que se utilizó un georadar, la Sociedad de Ciencias de Aranzadi analizó y examinó los restos. Ahora, casi tres años después, se los entregará por fin a las familias.
La Tribuna de Toledo/M. Herrero/Talavera/12-09-2010
Algunas dudas se despejan y muchos ciudadanos puede
El 23 de octubre, a las 12,00 horas en el Centro Cultural de Navalcán, se llevará a cabo un acto simbólico para devolver los restos de los fusilados a sus familias. En febrero de hace tres años se abrieron tres fosas localizadas en los parajes de la Dehesa Nueva y la Cañada de Calabazas para localizar y llevar a cabo las labores de exhumación de los cuerpos de seis hombres.
En la primera fosa se encontraron los restos de Joaquín Sánchez Urdiales, de 38 años y de la familia conocida como ‘Matancha’; de Juan García Blanco, de 41 años perteneciente a los ‘Repica’, y del más joven, que apenas había superado la mayoría de edad, José Cepeda.
Frente a ellos, y cruzando un pequeño arroyo de la Dehesa Nueva, los técnicos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, especializada en exhumación de fosas de la Guerra Civil española, descubrieron el cuerpo de Gregorio Muñoz, de 30 años y de la familia ‘Pirollo’.
En la Cañada de las Calabazas se localizaron los huesos de los cadáveres de los hermanos Lázaro y Mariano Rodríguez Muñoz, de 30 y 27 años, respectivamente.
Marcial Muñoz, miembro de la Asociación para la Memoria Histórica de la Sierra de Gredos y los Montes de Toledo, asegura que «la cantidad de restos hallada ha sido escasa debido a la acidez de la tierra y del ph del agua que es muy agresivo».
En las fosas, junto a los restos, se han encontrado diferentes materiales, como son hebillas de cinturones, proyectiles de balas o botones de uniformes, muestras evidentes de la pertenencia de estos hombres al bando republicano. Como ejemplo, el caso del más joven, José Cepeda, que se hizo miliciano para conseguir un salario y mantener a su familia, le hirieron y regresó a casa para sanarse, los golpistas habían entrado en Navalcán y le mataron.
Los familiares de estas víctimas se muestran satisfechos del trabajo realizado porque dan por concluida una etapa de sus vidas. «Querían recuperar estos restos, hay sentimientos muy fuertes pero también personas que han muerto sin saber que habíamos encontrado a sus desaparecidos», comenta Muñoz.
Tras los trabajos de exhumación para los que se utilizó un georadar, la Sociedad de Ciencias de Aranzadi analizó y examinó los restos. Ahora, casi tres años después, se los entregará por fin a las familias.