viernes, 2 de mayo de 2008

Historia de una de las creadoras de Madres de Plaza de Mayo

Hoy 2 de Mayo, se que queria poner una entrada en Homenaje a las Abuelas y Madres de la Plaza de Mayo, pero no tenia claro cual o como enfocarlo y sin saber como encontrado la historia de Azucena Villaflor una de las creadoras de las Madres de Plaza de Mayo. Asi que esta breve historia, pero intensa y que es a la vez lo que han sufrido muchos de los desaparecidos.


Historia de la dirigente de madres de Plaza de Mayo.
Azucena, secuestrada cuando iba al mercado.


Hija de una muchachita quinceañera Emma Nitz y su padre Florentino Villaflor, tenía 21, trabajaba en una fábrica de lana. Azucena se crió y creció sin que nada le fuera fácil. A los dieciséis años empezó a trabajar como telefonista en una empresa de electrodomésticos. Allí conoció a Pedro De Vicenti, delegado sindical, con quien se casó en 1949 y con quien tuvo cuatro hijos.
El 30 de noviembre de 1976, ocho meses después del comienzo de la dictadura militar que se llamó eufemísticamente "Proceso de Reorganización Nacional", uno de los hijos de Azucena Villaflor, Néstor, y la novia de éste, Raquel Mangin, fueron secuestrados en la calle Agüero 4685, Villa Dominico. Desde ese momento, la vida de Azucena fue otra; inició su búsqueda, dirigiéndose al Ministerio de Interior e intentando recabar ayuda. Durante estas gestiones, conoció a otras mujeres que estaban buscando también a parientes desaparecidos.

Tras seis meses de infructuosas pesquisas, Azucena, junto a otras personas en su misma situación -que se fueron conociendo en la búsqueda de sus familiares- decidieron iniciar una serie de manifestaciones para dar publicidad a su caso. El 30 de abril de 1977 ella y otras trece madres se manifestaron en la Plaza de Mayo, en el centro de Buenos Aires, enfrente de la sede del gobierno, la Casa Rosada. Ante la orden policial de no detenerse ni "agruparse", sino "circular", decidieron caminar alrededor de la plaza. La primera marcha tuvo lugar un sábado, y apenas tuvo repercusión; la segunda fue un viernes y desde entonces se convirtió en costumbre realizarla todos los jueves, en torno a las tres y media de la tarde.

Su secuestro y Desaparición.
Azucena Villaflor estaba en la casa de Chela y Emilio Mignone cuando se terminaba el día 8 de diciembre de 1977. Allí, en ese departamento de la avenida Santa Fe, se centralizaba la recolección de dinero y firmas para una solicitada que publicarían dos días después. Repentinamente, llegó María del Rosario de Cerruti y contó, desesperada, los secuestros que se acababan de producir en la puerta de la Iglesia de la Santa Cruz, en el barrio de San Cristóbal.

Una nueva ola de terror les apabulló el alma, pero Azucena fue muy clara: "Con más razón, ahora tenemos que seguir adelante".

Durante todo el día siguiente pulieron detalles para el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, en el que las Madres publicarian un anuncio en el periódico con los nombres de sus hijos desaparecidos. Azucena estaba cansada y nerviosa. Otra Madre, Aída Sarti, la visitó la noche de ese viernes y recuerda tanta tensión. Fue la última de sus compañeras que la vio libre.

Cuando el sábado 10 de diciembre se levantó temprano, maldormida, compró el diario con la noticia publicada. Era un triunfo a pesar de todo.
Volvió a salir de su casa antes de las nueve, a hacer compras.

"¿Qué querés almorzar, nena?", le preguntó a su hija Cecilia. Apenas movió la cabeza de la almohada para decirle que quería pescado. Con la bolsa y el monedero, Azucena fue hasta la avenida Mitre en busca del mercado, pero allí la interceptaron.

Golpes, gritos y amenazas con armas. Azucena intentó resistir gritando y tirándose al suelo, pero los hombres fueron más fuertes y la cargaron a un coche. Así, el trabajo de infiltración de Alfredo Astiz lograba capturar a una de las creadoras de las Madres de Plaza de Mayo.

La metieron en "Capuchita" dentro de la ESMA, con su vestido de mangas cortas, atada y vendada. En las horas siguientes, ella descubrió que allí había otros detenidos y les preguntó sus nombres, así cuando la dejaran libre, avisaría a sus familias. También les dio el nombre de su hijo secuestrado por si alguien sabía algo de él.

Pero casi no tuvo más tiempo. Antes de que pasara una semana la sacaron de allí, la subieron a un avión y la arrojaron al mar. El 20 de diciembre de 1977 comenzaron a aparecer cadáveres provenientes del mar en las playas de la provincia de Buenos Aires a la altura de los balnearios de Santa Teresita y Mar del Tuyú. Por capricho de las mareas, su cuerpo fue a parar a las arenas de Santa Teresita y donde fue enterrada como NN en un cementerio cercano, en donde esperó más de veintisiete años para ser exhumada e identificada.


Los restos de Azucena Villaflor fueron incinerados, y sus cenizas enterradas a los pies de la Pirámide de Mayo, en el centro de la Plaza de Mayo, el 8 de diciembre de 2005, al término de la vigésimo quinta marcha de resistencia de las Madres. Sus hijos supervivientes escogieron el lugar.

1 comentario:

  1. Tremendo y doloroso. Un ejemplo de vida y muerte. Argentina debe tanto a "las Madres de Mayo" hoy llamadas "Abuelas..." que nunca las podrá compensar.

    Gente admirable y ejemplar, capaz de dar su vida por defender su dignidad y a su familia.

    Salud y República

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