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    Amigos con Memoria...

    La vida es muy peligrosa. Por las personas que hacen el mal, y por las que se sientan a ver lo que pasa.
    Albert Einstein (versión SaiZa)

    Carpe Diem

    No os quedéis impasibles ante las injusticias y las mentiras. Si algo no os gusta, decidlo sin miedo. Por mucho que la gente corrupta de lo políticamente correcto parezca imponer un silencio, ¡no calléis! Pues es mucho lo que está en juego:
    ¡LA LIBERTAD!

    No te dejes vencer por el desaliento

    No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.No te dejes vencer por el desaliento.No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,que es casi un deber.No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo.Pase lo que pase nuestra esencia está intacta. Somos seres llenos de pasión.La vida es desierto y oasis.Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa:Tú puedes aportar una estrofa. No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre.No caigas en el peor de los errores: el silencio.La mayoría vive en un silencio espantoso.No te resignes. Huye."Emito mis alaridos por los techos de este mundo",dice el poeta.Valora la belleza de las cosas simples.Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas, pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.Eso transforma la vida en un infierno.Disfruta del pánico que te provoca tener la vida por delante.Vívela intensamente, sin mediocridad.Piensa que en ti está el futuro y encara la tarea con orgullo y sin miedo.Aprende de quienes puedan enseñarte.Las experiencias de quienes nos precedieron de nuestros "poetas muertos", te ayudan a caminar por la vida.La sociedad de hoy somos nosotros. Los "poetas vivos".No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas… Walt Whitman.Versión de: Leandro Wolfson

    El Rincón de la Memoria

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Marcos Ana, nacido a los cuarenta años. (Entrevista del 13-06-77)


Aqui os dejo la entrevista a Marcos Ana, nacido a los cuarenta años. Por Miguel Salabert; de la Revista "Cuadernos para el Dialogo" del Nº 216 de la Semana del 18 al 24 de Junio de 1977.

"LOS CAMPOS DEL SILENCIO"


Documental sobre la redención de penas por el trabajo de los presos republicanos en los campos de concentración franquistas tras la guerra civil española.


¿Quién hizo los embalses del Ebro, Entrepeñas, Barrios de Luna y tantos otros? ¿Quiénes reconstruyeron pueblos y ciudades como Belchite, Brunete, Oviedo, Teruel, Toledo, Boadilla del Monte o Sabiñánigo? ¿Quiénes construyeron desde aeropuertos como los de Sondika o Labacolla hasta estadios municipales como los de Valladolid y Palencia, pasando por cárceles como la de Carabanchel o Córdoba y la clínica psiquiátrica de la Prisión Provincial de Madrid?.

Fueron presos republicanos condenados, por defender la legalidad democráticamente elegida, a penas que podían redimir trabajando en campos de trabajo forzado.
El documental, los campos del silencio trata de recuperar la memoria sobre estos sucesos en la localidad berciana de Fabero, donde se instaló un batallón de unos 250 presos republicanos, de 1939 a 1947, para trabajar en la extracción de carbón en las minas.

Indaga sobre el sufrimiento a que se vieron forzados esos hombres y sus familias -continúa- e indaga en los mecanismos de construcción social de la inconsciencia colectiva, de ese silencio, miedo y olvido que aún hoy en día se puede sentir en donde ocurrieron los hechos y donde viven los descendientes de muchos de aquellos presos.

Fosas de la Provincia de Cuenca


“YO FUI EL MÁS JOVEN DE CERCA DE CINCOMIL CONQUENSES QUE POR AQUELLA SINISTRA PRISIÓN PASAMOS POR ESPACIO DE TRES AÑOS HASTA NUESTRO TRASLADO AL PENAL DE OCAÑA, DE LOS SUPERVIVIENTES SE ENTIENDE, YA QUE VARIOS CENTENARES SE QUEDARON ALLÍ PARA SIEMPRE ENTERRADOS EN UN IMPROVISADO CEMENTERIO, VÍCTIMAS DE FUSILAMIENTOS Y HAMBRE.

NADA MÁS LLEGAR Y ATERIDOS DE FRIO , FUIMOS FORMADOS EN EL PATIO, Y DESDE UNO DE LOS BALCONES EL COMANDANTE MILITAR DE LA PLAZA, NOS ECHÓ UNA ARENGA EN LA CUAL NOS DIJO TEXTUALMENTE QUE MÁS DEL SESENTA POR CIENTO DE LOS ALLÍ DETENIDOS NOS TENDRÍAMOS QUE ENFRENTAR A LOS PELOTONES DE EJECUCIÓN QUE MUY PRONTO COMENZARÍAN A TRABAJAR. ENTRE LOS ALLÍ DETENIDOS YA HABÍA MÁS DE DOSCIENTOS CONDENADOS A MUERTE EN CONSEJOS DE GUERRA QUE YA SE HABÍAN CELEBRADO EN TARANCÓN, HUETE, BELMONTE Y SAN CLEMENTE.”

ANDRÉS INIESTA LÓPEZ.


Pretendemos sacar a la luz la memoria de la historia social de la provincia durante la Segunda república, Guerra y represión de Posguerra. Un periodo en el que la conciencia colectiva se mueve en el ámbito privado, aún hoy con temor, a orilla de un olvido conveniente que ha dejado demasiados flecos por cortar, sacarlo de la nebulosa en la que parece haberse desvanecido durante demasiados años y de la propaganda franquista que tan hondo ha calado tras décadas de insistencia.

Además es un periodo que parece haberse desvanecido también de las fuentes de estudio de los investigadores. No hay más que ver los estudios de Ángel López Villaverde y Ana Belén Rodríguez Patiño para darse cuenta de ello. Series documentales completas que desaparecen, ni siquiera el registro provincial de asociaciones, o como el caso de la Audiencia provincial que, tras solicitar la historiadora citada una consulta de fondos, sufrió un vandálico asalto con incendio de documentos de este período, hecho que jamás se había producido en la Audiencia ni en lo peor del año 36.

Las fosas en la provincia marcan su inicio a principios de abril del 39 donde se establecen consejos de guerra y campos de concentración y detención en todas las cabezas de partido; se empieza a fusilar de inmediato en Tarancón, Cuenca, San Clemente, Belmonte, Uclés, Quintanar del Rey... De esta manera en los cementerios de estas localidades hay fosas que los lugareños conocen de aquellos fusilamientos. Que sepamos no hay ni una placa en ninguno de ellos para recordar a estos republicanos de toda tendencia que defendieron lo que fue la primera democracia en la historia de nuestro país.

En este periodo se enmarca también lo que se denomina represión extrajudicial, asesinatos cometidos por el fascismo local fuera de los consejos de guerra. Este caso es muy difícil de rastrear ya que sólo se tiene noticia de ellos a través de testimonios de testigos o familiares.

En enero de 1940 los detenidos son concentrados en dos núcleos, Uclés del que hablaremos posteriormente y las prisiones de la Capital, el castillo y el seminario. En enero del 43 se concentra la población reclusa en la capital. Poco sabemos de las cárceles capitalinas, sólo que en ellas murieron demasiados ciudadanos de toda la provincia. Hemos contactado con familiares de asesinados en Cuenca de El Provencio y Motilla del Palancar,....

Sobre 1945 comienza la resistencia armada organizada contra el régimen. Su brutal represión desde Cuenca y Teruel sembró de cadáveres nuestras sierras, guerrilleros, enlaces simpatizantes.... En unas ocasiones se llevaba a los muertos al cementerio más cercano, como es el caso de la fosa de Villarejo de la Peñuela que acoge a cinco guerrilleros (dos de ellos conquenses), investigada por la Secretaría de Desaparecidos de la Gavilla Verde y cuya exhumación esperamos se produzca en breve; en otras ocasiones se enterraban en el monte. Es necesario establecer en este caso un mapa de fosas comunes existentes en nuestras serranías.

¿Cómo cuantificar? Nos resulta imposible dar siquiera una aproximación de los muchísimos ciudadanos que fueron victimas de esta feroz represión contra los republicanos españoles.

LAS FOSAS DE UCLÉS

En 1937 el monasterio de Uclés se convirtió en hospital del VIII Cuerpo Médico del Ejército Popular de la República. Hasta final de la guerra estuvo recibiendo heridos, sobre todo de los frentes de Madrid. Ahora es cuando se crea el cementerio del hospital en el que yacen cientos de soldados andaluces, murcianos, catalanes, valencianos, asturianos,... También yacen en él víctimas de los numerosos bombardeos que sufrió Tarancón durante la guerra, los últimos de los que tenemos noticia por el Registro Civil de Uclés son de febrero del 39. Estamos elaborando una lista de los muertos de este período.

A finales de marzo del 39 con la entrada de las tropas golpistas Uclés se convierte de inmediato en campo de concentración. En él se clasifica a los detenidos tanto civiles locales como militares republicanos, recibiendo las visitas de los falangistas para la identificación,... Hasta diciembre del 39 siguen muriendo presos todos los meses.

Es en enero de 1940 cuando se crea la llamada Prisión central del Monasterio de Uclés en funcionamiento hasta diciembre de 1943. Es en este espacio de tiempo en el que hemos documentado un total de 316 muertos. Lo cierto es que la cifra podría ser mayor ya que hay tres muertos documentados no inscritos en el Registro de Uclés.

Los datos provienen del Registro Civil de Uclés, de conversaciones con presos y familiares de presos y de las memorias de Andrés Iniesta que estuvo los tres años en esta prisión.

De los 316, 160 son “pasados por las armas” y los 156 restantes son muertos por enfermedad. De entre estos enfermos hemos documentado tres muertos por disparos de los centinelas a los que se animaba y premiaba por disparar a los que se acercaban a las ventanas. Pongamos dos ejemplos más de estas enfermedades. El alcalde socialista de Cañizares murió en el monasterio de una paliza en presencia de su hijo, también preso, la causa de su muerte en el registro es avitaminosis. Un socialista de Horcajo de Santiago fallece por causa de una miocarditis aguda, pero su mujer y su hija, esta aún vive, lo veían con la cara destrozada en las escasas visitas que les permitían.

Geográficamente la inmensa mayoría procede de la provincia de Cuenca. Hay cinco personas cuyo origen desconocemos. Catorce no son conquenses, uno es de Valladolid, tres de la provincia de Toledo, tres de la provincia de Madrid, uno de Lugo, uno de Álava, uno de Córdoba, uno de Badajoz, uno de Burgos, uno de Murcia, uno de Valencia y uno de la provincia de Marruecos.

De nuestra provincia:

Abia de lasObispalía 1


Alarcón 1

Albalate de las Nogueras 1

Alcantud 2

Almendros 2

Almodóvar del Pinar 2

Almonacid del Marquesado 5

Atalaya 1

Barajas de Melo 12

Barchín del hoyo 1

Belinchón 1

Belmonte 1

Buenache 1

Buendía 2

Cabrejas 1

Campillo de Altobuey 1

Cañavate 1

Cañamares 2

Cañizares 2

Caracenilla 2

Cardenete 4

Carrascosa de la Sierra 1

Carrascosa del Campo 9

Casa del Olmo 1

Casas de Fernando Alonso 1

Casas de Haro 2

Casasimarro 1

Castillejo de la Sierra 1

Castillejo del Romeral 3

Castillo de Garcimuñoz 7

Collados 1

Cuenca 2

Fuente de Pedro Naharro 1

Fuentespino de Moya 1

Garcinarro 8

Gascas 1

Gascueña 1

Hontanaya 3

Horcajada de la Torre 2

Horcajo de Santiago 7

Huélamo 1

Huelves 3

Huete 8

Iniesta 2

La Almarcha 1

La Ventosa 2

Landete 1

Las Majadas 1

Las Pedroñeras 3

Leganiel 1

Mazarulleque 2

Mira 3

Moncalvillo 1

Montalbanejo 1

Montalbo 5

Mota del Cuervo 8

Motilla del Palancar 1

Moya 1

Osa de la Vega 1

Palomares del Campo 1

Poveda de la Obispalía 1

Priego 2

Puebla de Almenara 3

Puebla del Salvador 1

Quintanar del Rey 3

Reillo 1

Ribagorda 1

Rozalén del Monte 1

Rubielos Bajos 1

Saelices 1

San Clemente 11

San Lorenzo de la Parrilla 1

Santa María de los Llanos 1

Santa María del Campo Rus 2

Sisante 13

Tarancón 15

Tébar 1

Tinajas 1

Torralba 2

Torrejoncillo del Rey 4

Torrubia del Campo 13

Torrubia del Castillo 1

Tribaldos 5

Uclés 8

Uña 1

Valdecolmenas 1

Valdemeca 1

Valdeolivas 1

Valparaíso de Arriba 1

Valverdejo 2

Vara del Rey 1

Vega del Codorno 1

Vellisca 1

Villaescusa de Haro 3

Villagarcía dal Llano 2

Villalba del Rey 4

Villamayor de Santiago 9

Villanueva de las Jara 2

Villar de la Encina 2

Villarejo de Fuentes 1

Villarejo de Periesteban 1

Villares del Saz 1

Villarrubio 3

Villarta 2

Zafra de Záncara 4

Zafrilla 1

Zarza de Tajo 11

Al principio los muertos se trasladaban al cementerio municipal siendo obligados mozos del pueblo a acarrearlos hasta allí. Pero dado lo inconveniente de la lejanía enseguida se empezó a enterrarlos en el cementerio del hospital. De hecho hay uno de los muertos de Horcajo de Santiago, cuya hija recuerda con exactitud la ubicación de la fosa donde yace su padre en el cementerio municipal que quiere iniciar en breve el proceso de exhumación de sus restos.

Así nos encontramos ante dos problemas distintos al haber unas pocas víctimas en espacios, parece, bien definidos en el cementerio municipal, y una gran masa de restos en las fosas del cementerio de la Tahona (del hospital).

Como bien se puede ver son demasiados los familiares que han de acercarse a este cementerio abandonado y de acceso difícil, si no imposible para gente de cierta edad. Como pueden observar en las fotos adjuntas es vergonzoso e inhumano mantener aún hoy esta situación.

Nuestro objetivo es que las autoridades den accesibilidad al recinto para que cualquier familiar pueda con facilidad entrar en él a honrar y llorar a sus muertos, como un ciudadano más. Parece que las familias de estos demócratas republicanos de todo signo no han merecido aún que se respeten sus derechos civiles y sus sentimientos.

Por otra parte pensamos que este cementerio es un espacio de memoria y como tal se debería tratar. La creación de un memorial donde apareciesen con nombres y apellidos los que allí yacen, como un recuerdo de quiénes fueron, qué defendieron y por qué murieron, como un monumento al genocidio de la izquierda española.

Transcribimos el ignominioso texto que escrito sobre cemento preside la entrada del cementerio de Uclés.

En Julio de 1936 el monasterio de Uclés fue saqueado y 11 religiosos agustinos fueron asesinados.
Hasta 1942 el edificio estuvo destinado a hospital y prisión militar.

Durante esos años fallecieron más de 500 hombres de distintos pueblos. Unos víctimas de la violencia revolucionaría; la mayoría, 373, a causa de enfermedades y heridas de guerra; los otros por acción penal. Unos 400 yacen en este cementerio restaurado en 1986.

Orad a Dios por todos.


A MODO DE CONCLUSIÓN
Todo esto sucede mientras nuestra provincia está plagada de cruces en memoria de los caídos por Díos y por España, en las iglesias, en la catedral, en las carreteras, en los jardines... Cuando el callejero de nuestra provincia está repleto de referencias a la dictadura y a sus líderes. En mayo escribimos a 103 ayuntamientos de la provincia solicitando información y colaboración y nuestra sorpresa fue mayúscula al ver cuantas plazas y calles llevan aún esos nombres. ¿Podrían imaginarse, siquiera por un instante, una Adolf Hitler platz en una ciudad bávara?

Creemos llegado el momento de saldar la deuda moral que tenemos con nuestra historia democrática, que es intolerable la situación en que se mantiene a los familiares de estos muertos. Ya está bien de muertos de primera y muertos de segunda, de que la represión y el castigo a estos hombres y mujeres persista aún post mortem tras 27 años de democracia en nuestro país.

No es justo ni mucho menos humano mantener a las familias en esta situación por más tiempo, ni que el velo del olvido oficial siga haciendo que las familias para expresar su duelo y su recuerdo a los que ya no están tengan que sentarse a la vera de una tapia de piedra seca ni tirar ramos sobre ella in memoriam.

“Para finalizar esta corta biografía de lo que fue la prisión del monasterio de Uclés pido ante todo a todos aquellos que las lean que saquen las consecuencias oportunas, no olvidar aquello, sino que sin olvidarlo se trabaje lo necesario y haya entendimiento para que historias como aquellas no se tengan que escribir de nuevo.”


Andrés Iniesta López

"Las Matanzas escondidas de Franco"


UN NUEVO DOCUMENTAL ABORDA LAS "MATANZAS ESCONDIDAS" DE FRANCO

Un semanal italiano publicará esta semana una cinta inédita en España sobre las fosas comunes.

El País/EFE/23-01-2008

Un nuevo documental italiano muestra las "matanzas escondidas" durante la dictadura española del general Francisco Franco (1939-1975), con material inédito en España. La cinta, titulada La última cruzada, está dirigida por dos periodistas del semanal italiano Diario. Recoge entrevistas con familiares de víctimas del franquismo y quiere deshacer la imagen "benévola" que, según su opinión, aún conserva la dictadura.

La cinta, inédita en España, ha sido realizada por el director de la conocida revista italiana, Enrico Deaglio, y el periodista Beppe Cremagnani, autores de otros documentales de gran éxito como Cuando estaba Silvio, que mostraban los errores, manías, y los asuntos oscuros del ex presidente del Gobierno Silvio Berlusconi.

Uno de los dos autores ha explicado que la idea de realizar el documental surgió cuando comenzaron a ver publicadas "las necrológicas de los fusilados durante las posguerra" en el periódico EL PAÍS. El documental se repartirá con el semanario a partir del próximo jueves.

De la Ley de Memoria Histórica a los familiares


Cremagnani explica que el documental cuenta cómo se ha llegado a la Ley de la Memoria Histórica, aprobada el pasado mes de diciembre por el Parlamento español, intercalando entrevistas a los familiares de algunas de las víctimas de la dictadura que fueron arrojadas a las fosas comunes. Al documental dedica hoy toda un amplio artículo el diario Corriere della Sera bajo el título Las matanzas escondidas de Franco.

El filme recorre la historia del descubrimiento de algunas fosas comunes en España, entre ellas el lugar donde se cree que reposan los restos del poeta Federico García Lorca. Los dos periodistas entrevistaron también al ponente del Partido Socialista Español (PSOE) en la tramitación de la Ley de la Memoria Histórica, José Torres Mora, quien acudió también al Vaticano para asistir a la beatificación de 498 mártires españoles de la "persecución religiosa durante la Guerra Civil", pues en lista de los mártires también estaba su tío abuelo.

Una dictadura "poco conocida en Italia"

"Nos pareció increíble el llamado movimiento de los nietos, los familiares de las personas que fueron fusiladas o hechas desaparecer", explica el autor, que señala su sorpresa al conocer que han sido exhumados cerca de 130.000 cadáveres. "Creemos que en Italia, y en buena parte del mundo, se sabe poco de lo que sucedió durante la dictadura franquista, considerada hasta ahora una dictadura benévola", agrega.

El periodista destaca que en el DVD también se habla del "destino masivo de los presos republicanos a los trabajos forzados", para construir entre otros el Valle de los Caídos, donde está enterrado Franco.

"La última cruzada" muestra "con estupor" el horror de las matanzas franquistas

"La última cruzada", en referencia al respaldo que la Iglesia Católica dio al dictador Francisco Franco, nace del "estupor" que provocó en los realizadores el descubrir el alcance de los crímenes franquistas, tras lo que empezaron a hacerse una serie de preguntas.
"¿Cómo fue posible que un fascismo en Europa durase cuarenta años? ¿Cómo es posible que sólo ahora se tenga noticia de los exterminios consumados por la dictadura? ¿Cómo es posible que, hablando hoy de Franco, se le pinte más como un autoritario que como un asesino?", se interrogan los autores.
En un artículo de dieciséis páginas contenido en la revista y titulado "La memoria de los nietos", Cremagnani explica de dónde nace su estupor.

"Casado con una española y veraneante en Andalucía, me había adaptado a la idea, muy difundida (...) de un Franco dictador con guantes de terciopelo, o como el mal menor, como un baluarte contra el comunismo", asegura.
A partir de ahí, su documental desbroza la dictadura franquista, principalmente a través de las matanzas ordenadas por Franco "para extirpar el comunismo y el proletariado".
Las principales pruebas de cargo de esas matanzas son las fosas comunes que ahora centenares de familiares y voluntarios están excavando.

"¿Por qué tantos españoles se han puesto de repente a excavar? Porque la terrible historia de Franco se había quedado bajo tierra", sostiene Cremangnani.
Junto a imágenes de las fosas, se intercalan entrevistas con diversos familiares de víctimas de la represión, entre ellos el periodista Emilio Silva, uno de los pioneros de la recuperación de la memoria histórica al buscar y exhumar el cadáver de su abuelo fusilado.

Además, se entrevista al historiador Francisco Espinosa que señala que se han documentado 130.000 "víctimas de izquierdas" fusiladas tan sólo en media España.
El documental, de una hora de duración, continúa diseccionando la dictadura y su raíz fascista con la "justificación científica del exterminio" hecha por el psiquiatra Antonio Vallejo Nájera, quien aseguraba que "los comunistas y los subversivos en general son personas de un coeficiente intelectual inferior. Fracasados sociales".
Su proyecto de "eugenésis" (búsqueda de la perfección biológica de la especie humana), calificado en el documental como "precursor" de lo que sucederá después en la Alemania nazi, sirve para "el secuestro de unos diez mil niños a las mujeres republicanas".

La cinta examina, con testimonios como los del periodista Isaías Lafuente, los símbolos del régimen, en especial el Valle de los Caídos, así como el uso de los prisioneros de guerra para su construcción. Prisioneros, que de acuerdo con los testimonios, fueron usados como esclavos y cuyo trabajo sirvió de origen para algunas de las constructoras y fortunas más importantes de la España franquista.
Realizado con técnicas de televisión, al llegar a la actualidad, el documental divide su pantalla para mostrar las imágenes del Vaticano, donde el 28 de octubre del año pasado se beatificó a 498 "mártires" y del Parlamento español, que el 31 de ese mismo mes aprobaba la ley de memoria histórica.

Llegó Juan Gabriel


Mi pequeña bienvenida a Juan Gabriel, que ayer a las 13:00 horas vió la luz, tan esperada y deseada por su familia. Con todo mi afecto y cariño, felicidades.

El video de canción de cuna de los dibujos de Heidi, que tan buenos recuerdos me traen; que es especial por el vinculo entre abuelo y nieta, como seguro lo sera con su nieto Juan Gabriel; y como no, un poema de ese abuelo orgulloso y feliz con su llegada.

Canción de Cuna

El Abuelo (Jugando)

El niño mira al abuelo
Y lo invita a su jugar,
Dolorido, está el abuelo,
Pero acepta, sin chistar.

Cuando pasan los minutos,
El viejo siente al jugar,
Que ya no le duele tanto,
Lo que lo hacia penar.

Y entonces...
Entonces son carcajadas
Las que se escuchan de a par,
De ese nieto y de ese abuelo,
Que disfrutan por igual.

Don Ramón

¿Como es la Vida?


Ayer 20 de Enero, Marcos Ana cumplió años y quería Felicitarlo y compartir con vosotros uno de sus poemas, en la preciosa voz de Luna. Un abrazo a todos.




Marcos Ana
¡¡MUCHAS FELICIDADES!!

"HISTORIA DE AGUA"


Os dejo una Historia que me envio Don Ramón el 11 de Diciembre y que habia escrito el día de antes, espero que os guste, y dejeis vuestros comentarios. Un saludo a todos los que visitais este Rincón.

Casi todos los que escribimos o tratamos de escribir tenemos alguna "Historia de Agua" ayer recibí la de un amigo y se me ocurrió escribir la mía que es un simple recuerdo.

Era Verano, Mar del Plata, La Playa Popular frente al Casino. Con el más caradura pidiendo que le convidaran un mate formamos la barra, cuatro chicas y cuatro muchachos, a mi me toco la más linda, o me pareció que era la más linda por que era rubia un sueño, con ojos azules que me miraban y me miraban y bueno esa noche decidimos salir a bailar , era una época que salir a bailar era nada más que salir a bailar, pero para mi esa noche, sentí que era la mejor noche de mi vida, una vida que en poco meses iba llegando a los dieciocho, salimos de la confitería a la madrugada, felices y del brazo, yo no le hablaba mucho pero igual ella sonreía y me miraba con esos ojos, esos ojos azules, te juro que por primera vez pensé, grité dentro de mi cabeza ME QUIERO CASAR , alguien de la barra dijo, vamos a ver la salida del sol y nos fuimos al monumento de Alfonsina, el que está ahí, frente al mar, el del poema Quisiera esta tarde divina de Octubre... luego de un rato comenzó a salir el sol, al principio el despertar del sol sobre el horizonte era hermoso, luego, cuando se elevó todo alguien dijo parece un huevo duro, risas y se rompió el encanto, para todos menos para mi, enamorado de la mirada celeste, uno de los muchachos, que no era yo porque yo ni hablaba, dijo vamos a comprar fatura y las chicas apoyando la idea, gritaron "nosotras traemos el mate", bueno, depues del mate el sol ya quemaba y yo dije vamos al agua, pero los demás seguían mateando y charlando, yo corrí hacia el agua y me zambullí como Tarzán y ella se quedó paradita mirandome en la orilla con sus ojos azules, yo nadé y nadé , en un ratito ya había pasado la punta del espigón y veía la figura de ella que me miraba , y me miraba, con esos ojos azules, dí la vuelta buscando la orilla y nade pero no avanzaba, cuando tenía la ola a favor me acercaba un poco pero luego el reflujo me llevaba cada ves estaba más lejos, ahí caí en la cuenta que no había dormido, que nunca anteriormente había pasado la punta de la escollera y tampoco había nadado en mar abierto y la muñeca de ojos azules que me miraba y me miraba y estuve como diez minutos pensando que prefería, morirme o que ella me escuchara pidiendo socorro, y bueno estoy vivo porque el miedo no es tan sonso al final me hizo gritar, que vergüenza, cuando vino el bañero nadando, le expliqué a los gritos que no podía volver, pero que no me hundía, que no hacia falta que me golpeara como como hacen ellos para facilitar los recatas, el tipo sonrió y me agarró de la mano y me llevo a remolque, era temprano, pero igual se juntó un grupo de gente a mirarme y a aplaudir al bañero y ella lo miraba y lo miraba al guacho con mis ojos azules, porque no se si les dije ella era rubia, rubia y de ojos azules y yo agachadito lleno de vergüenza me fuí para el hotel, al otro día temprano juntando coraje volví a la playa, todavía no era tanto el público, por eso me fue fácil ver a mi muñequita de mirada azul con una malla también azul que le quedaba preciosa y le cebaba mates al bañero, no se lo que hice después de eso, pero nunca más la volví a ver , hubo otras chicas tal vez más importantes en mi vida pero cuyo rostros no recuerdo, si sus nombres, pero de ella nunca me pude olvidar, tenía una mirada, porque no se si les dije que tenia unos ojos.....

Don Ramón de Almagro

CARTA DE MARCOS ANA A "LIBRES DEL SUR"


A “Libres del Sur”

A todos los participantes y asistentes al homenaje.

Amigas, amigos, es un honor para mí el homenaje que con tanto cariño me dedicáis en este día. Pero, como ya les dije a los organizadores, no puedo evitar cierta incomodidad personal.
Aún recuerdo el gran homenaje que me ofreció el pueblo argentino hace muchos años en un Luna Park, abarrotado de pasión y solidaridad, cuando acababa de salir de de mis prisiones. Pero aquel homenaje, aunque llevara mi nombre, fue un homenaje a los millares de presos políticos que continuaban encarcelados, a la España que se estremecía sin libertad bajo la dictadura.
Ya sé que, a veces, las circunstancias hacen que un hombre, teniendo los mismos méritos y sufrimientos que otros hombres, resuma en él los símbolos dispersos.
Pero no hay que olvidar a esa inmensa legión de seres sin nombre y sin rostro, héroes oscuros, gentes sencillas y anónimas, sin las cuales no hubiera funcionado el engranaje de nuestra lucha por la libertad.
Por eso, desde mi pensamiento y mi corazón, yo trasfiero este homenaje, que os agradezco con emoción, a todos los hombres y mujeres que en España, en Argentina, en toda América y en cualquier parte del mundo lucharon y siguen luchando por la libertad y la dignidad del ser humano.
Os deseo los mayores éxitos en el noble trabajo de los “Libres del Sur” y os reitero a todos mi gratitud con el mayor cariño.

Marcos Ana.

CARTA AL DIRECTOR DEL "A. B. C."


Madrid, 20-10-1962
Sr. Dn. TORCUATO LUCA DE TENA
Director de “A. B. C.”
c/ Serrano, 61.- MADRID

Señor Director:
En el número de ayer del "real” y católico “A. B. C.” que Vd. dirige, le obligaron —muy a su gusto, no cabe duda— a llenar la columna de entrada de la primera página de información, donde figura una innoble y desfigurada desinformación relacionada con un acto "Pro-Amnistía", celebrado en Ginebra por españoles como Vd., pero distintos a Vd., afortunadamente.

En la desinformación publicada en forma tan destacada y en "recuadro" —como le ordenaron—, pretenden insultar, agredir y ridiculizar donde no hay más que afán de justicia, democracia, paz y amor; que es el escudo de nobleza que ostentan en el pecho cuantos luchan por la libertad de unos españoles, que sólo sufren dignamente por el terrible "pecado" franquista de pensar en hombres libres.

¡Ya ve, don Torcuato, qué diferencia existe entre el escudo de ellos, y el de supuesta nobleza que tan orgulloso luce usted…!

Al citar en su referencia, la presencia en el acto ginebrino del poeta español MARCOS ANA, se descomponen ustedes; hablan de "representación al publico de un increíble número escénico…"

Pretenden —sin conseguirlo— ridiculizar al poeta, llamándole Fernando Macarro, alias Marcos Ana, para insultarle seguidamente con los apelativos de incendiario de iglesias y asesino…, a quien se presenta ahora como "poeta español exilado".

En su desinformación, ha olvidado Vd. algo muy importante, Dn. Torcuato —con perdón, pues yo no tengo la culpa de que le llamen así—. A MARCOS ANA no "le presentan como poeta español exilado". Es poeta por naturaleza, como todos los poetas, y el "título" de "español exilado" se lo ganó con sus propios sufrimientos, torturas y gallardía, a lo largo de más de veinte años de morir con vida en las mazmorras de los presidios españoles, entre ellas, en las del penal de Burgos.

Usted, periodista, finge sorpresa y pretende burlarse de que un poeta utilice seudónimo, hecho tan corriente entre la gente de letras; poetas, escritores, periodistas…

En el propio “A. B. C.” que Vd. dice dirigir, al pie de las informaciones o comentarios que inserta su corresponsal en Tánger, inscriben ustedes el nombre de dicho periodista, bajo el aspecto de un tal Claudio Laredo. ¿Y no sería más verdad, D, Torcuato —con perdón— el escribir SAMUEL COHEN —judío— alias CLAUDIO LAREDO…?

Intentando ridiculizar a MARCOS ANA, dicen que pretende ser un “gracilazo rojo". No, don Torcuato —otra vez con perdón—, MARCOS ANA sólo pretende ser lo que es en realidad, sin necesidad, de usurpaciones, que no las necesita para nada. Su personalidad, su bondad, su grandeza humana y su idealismo, flotan por encima de todos ustedes.

Y, por último, al afirmar en su falsa información, que en el acto de Ginebra se habían dado unas cifras de presos políticos en España, superior a la cabida de todos los establecimientos penales, bien saben ustedes que mienten descaradamente —y mentir es pecado, súper-católico Dn. Torcuato—.

Lo deforman ustedes todo en sus falsas informaciones. En los actos "Pro-Amnistía " que se celebran por todas partes, NO SE INVENTAN CIFRAS. Se dan las verdaderas, las que componen los presos y condenados encerrados en todas las cárceles y presidios de España. Lo que no se puede hacer es afirmar hipócritamente, como hizo Franco recientemente a un acomodaticio periodista USA, de que en España no hay presos políticos… Eso no lo cree nadie, ni usted tampoco, don Torcuato.

Es posible que un día no muy lejano, MARCOS ANA se presente ante usted. ¡Pero no tema, don Torcuato! No será para "incendiarle ni pasearle". Lo hará con humanidad. Sólo para enumerarle la cantidad de falsedades, de mentiras y de odios que en su calidad de director de “A. B. C.” quiso llevar al corazón de unos españoles, contra otros… Pero los españoles ya no se dejan engañar, se lo aseguro.

Fue una pena, don Torcuato, el que no haya usted asistido "a los números escénicos" presentados en la Maison de Foubourg, de Ginebra, donde habría podido contemplar el cuadro admirable de grandeza que ofrecían unos españoles, que sólo aman la democracia, la libertad y la paz en España.

Y perdone, don Torcuato, que me vea obligado a utilizar igualmente seudónimo —como hace Samuel Cohen o hacía Azorín—, para que mi pobre nombre no figure en los próximos actos en favor de la "Amnistía" de los presos españoles.

Le saluda,
Carlos Miró

P. D. - No espero que el ruego de que publique esta carta, sirva de gran cosa.
Lo haría usted, don Torcuato…?

CARTA DE MARCOS ANA A OTTO FRANK.


CARTA DE MARCOS ANA, PRESO EN UNA CÁRCEL DE ESPAÑA, A OTTO FRANK.

Herr Otto Frank (padre de Ana Frank)

Respetable señor:
Muchas habrán sido las cartas recibidas por usted en estos años en los que el diario do su hija ha conmovido a millones de hombres y mujeres. Sin embargo esta carta le resultará, con toda seguridad, inesperada.
Es la carta de un preso político español. Le escribo desde una cárcel franquista donde llevo sepultado en vida 22 años, para comunicarle que durante los días 25 y 26 de marzo se va a celebrar en París la Primera Conferencia Europea pro-Amnistía, para los presos y exiliados políticos españoles.
He pasado por la emoción de leer el diario de su hija Ana. Lo tuve unos días escondido en mi petate y era como compartir la celda con un corazón vivo. Lo leí y releí tres o cuatro veces y me conmovió profundamente, como a cualquier ser humano que tenga el corazón en su sitio. Después pude ponerlo en el amor de otras manos, y en otras, y así sucesivamente, hasta que la palabra de Ana Frank llegó a todos los presos como un mensaje no sólo de dolor sino, a la vez, de fe y esperanza.
Y hoy, en nombre de esa esperanza y recordando aquellas horas, he pensado en usted y me he decidido a solicitar su apoyo a esta conferencia a la que asistirán múltiples personalidades de la jurisprudencia, la política y la cultura universales. Su presencia, o su adhesión, tendría un significado singular: Ana Frank un símbolo contra la intolerancia. Su martirio es nuestro martirio. La esperanza en la fraternidad humana que su hija legó al mundo, es nuestra esperanza.
Como usted sabe, señor Frank, el fascismo español llenó las cárceles de mi país antes de que sus amos abrieran las fosa de Auschwitz y Belsen. Pero lo más triste, lo más inconcebible es que aún seguimos encarcelados. Estamos ya en 1961 y en las prisiones de España quedamos todavía centenares de españoles, hombres y mujeres, presos políticos, después de 15, 18, 20 o —como en mi caso particular— 22 años de ininterrumpido cautiverio. Lo que para ustedes es hoy una lejana pesadilla, sigue siendo para nosotros una terrible realidad. ¿Hasta cuándo?
No es posible mirar el bosque de los abetos simbólicos de Israel sin pensar en nosotros. No se puede leer el diario de Ana Frank sin reparar en el dolor y en los muros que aún padecemos.
Hemos recibido y estamos recibiendo pruebas conmovedoras de la fraternidad universal. Si la pequeña Ana viviera estaría a nuestro lado, lucharía por nosotros, porque su diario es, ante todo, "una acusación contra la inhumanidad del hombre para con el hombre”.
Estamos igualmente seguros de que nuestro llamamiento encontrará eco en su corazón, marcado también con el sufrimiento y el amor a la libertad, y que contaremos con su adhesión a esta gran Conferencia que pretende proyectar la luz de los derechos humanos sobre el drama inaudito que vivimos los presos políticos españoles.
Con anticipado agradecimiento le saluda desde una cárcel de España
Marcos Ana.

EL POETA ÁNGEL GONZÁLEZ


HA MUERTO ÁNGEL GONZÁLEZ,POETA QUE TUVO UN HERMANO DESAPARECIDO EN LA GUERRA

REPORTAJE: El escritor de la libertad y el compromiso ÁNGEL GONZÁLEZ Poeta

"Para que mi ser pese sobre el suelo"

Juan Cruz/El País/13/01/2008

Un paseo con el escritor por los lugares de su infancia y de su juventud en Oviedo. El poeta volvío en diciembre a despedirse del año y de su ciudad. Allí pasó el fin de año - Aquí cuenta cuáles fueron los sitios que amó."Para que yo me llame Ángel González, / para que mi ser pese sobre el suelo, / fue necesario un ancho espacio / y un largo tiempo". Ese largo espacio fue primero Oviedo; allí pasea como si le fuera a caer sobre su cuerpo de 82 años el fantasma de sus sombras; con él viaja el largo tiempo, cada vez más largo, "cuánto se me ha adelgazado el futuro".
[Ángel González murió el viernes por la noche. Esas líneas que anteceden eran el pórtico a su última conversación con EL PAÍS. El texto queda ahora como un testimonio tan premonitorio como los propios poemas de Ángel. Su amigo Antonio Massip contaba ayer, ante el cadáver del poeta, que habló con él el 1 de enero de 2008. Ángel solía pasar las navidades en América, en Barcelona (con su amigo Manuel Lombardero) o en Madrid (con sus amigos innumerables), pero ahora había querido ir con Susana Rivera, su mujer, a Oviedo, a despedir el año. Y a despedirse, decía Massip. "Lo que le escuché era premonitorio, sabía que jamás volvería a Oviedo". El hombre que tantas noches vivió allí el abrazo de su ciudad, se iba. Esta conversación fue hace un mes, cuando le hicieron, con Millás, honoris causa de su universidad. Y así siguió el relato de lo que conversamos].
Regresado ya de su larga excursión por América del Norte, donde ejerció como profesor y donde escribió poemas delgados y melancólicos, contempla Oviedo como el espejo de quien fue, y se mira en los sitios como para reconstruirse.
Ya queda poco, "si acaso queda el Campo de San Francisco, por él paseo aún, es mi juventud y mi sitio", el ladrillo ha arrasado casi todo, queda alguna sombra, una esquina. Nació "en lo que podríamos llamar", dice él, "el Oviedo del Ensanche, era una zona muy bonita, ya no quedan casas, ya sólo quedan calles...". Hablamos sentados en el bar del hotel Reconquista, él toma un whisky con hielo, señala a su alrededor, "aquí empezaban mis paseos; éste era el hospicio, por estos ventanales mirábamos a las amas de cría, veíamos los pechos de aquellas señoras más bien gordas, contemplábamos sus grandes tetas con una gran emoción".
Era antes de la guerra, en 1934 o 1935; había pasado la revolución de 1934, su hermano Pedro participó en ella... "Desde niño", recuerda el poeta, "mi hermano manifestó deseos de salirse de la clase media en la que nosotros estábamos integrados. Mi padre era profesor de pedagogía, un ateo puritano, que creía que el infierno no existía si eras una persona honesta y recta; mi madre era ama de casa. Con tres o cuatro años, mi hermano se arrodillaba ante los pies de mi madre y le decía: 'Madre, mátame si quieres, pero no me mandes a la escuela'. Mi padre tenía un amigo que tenía un taller de automóviles; le pidió que le diera trabajo al chico, 'no quiero que le pagues, mándale a hacer los trabajos más duros, más difíciles', eso le decía. Claro, murió el padre y ya el salario sí tenía importancia. Y Pedro siguió trabajando, y se metió en política. Yo veía a mi hermano como un gigante".El gigante se metió en la revolución, y la perdió. "Llegó a casa derrotado. Teníamos un vecino que tenía cuarto de baño, era médico, que le dijo a Pedro: 'Vente a bañarte'. Después Pedro se fue a Madrid, volvió cuando se ganaron las elecciones de 1936... Y después se marchó a Cataluña, y finalmente al exilio. En 1960 volvió a ver a mi madre...".
El otro hermano, Manuel, estudiaba para ingeniero, en Barcelona, y estaba en julio de 1936 en Oviedo; era de ideas más radicales que las de Pedro, pero no estaba metido en política. Se recluyó en la casa, pero cuando abrieron el pasillo decidió irse a León, a la casa de un amigo suyo falangista, donde creía que estaría a salvo. Lo descubrieron y decidieron matarlo...
"Durante mucho tiempo no se supo la verdad; mi madre recorrió despachos, buscó información, un cura finalmente halló lo que de veras había ocurrido... Yo estaba en la calle, jugando; escuché un grito de mi madre. Entonces supe que mi hermano había muerto".
En esa casa fue donde Ángel González descubrió en el miedo de su madre el miedo a la guerra; a la guerra, y al viento, está en sus poemas. "Recuerdo / bien / a mi madre. / Tenía miedo del viento, / era pequeña de estatura, / la asustaban los truenos, / y las guerras / siempre estaba temiéndolas / de lejos / desde antes / de la última ruptura / del tratado suscrito / por todos los ministros de asuntos exteriores...".
"Esto era las afueras; ahora es el centro de la ciudad, pero en ese tiempo los amigos le decían a mis padres: '¡Pero si vais fuera de Oviedo!'. Ya no existe. Era una casa de tres pisos, una buhardilla, el entresuelo. Una casa en la que todos los vecinos nos llevábamos muy bien, muy armónica. Yo era el único niño del edificio, me traían palomitas, me hacían recitar versos... Es verdad que mi madre le tenía miedo al viento y a las tormentas, nos metía dentro de la casa, nos cobijaba debajo del colchón; mi hermano Pedro abría las ventas, '¿ves cómo no pasa nada?', pero después vino el ventarrón de la guerra, y eso sí que fue muy serio". "... Cuando / la guerra ha comenzado, / lejos -nos dicen- y pequeña / -no hay por qué preocuparse- cubriendo / de cadáveres mínimos distantes territorios, / de crímenes lejanos, de huérfanos pequeños...".
Un suceso de los principios de la guerra ha quedado marcado como una metáfora de fuego en la memoria del poeta. "Debajo de mi casa había un pequeño bar. Fue una frutería, pero las frutas se acabaron y el frutero tenía unas botellas de anís y de coñac, y empezó a venderlas por copas a los soldados, así que la frutería se convirtió en taberna. Cuando la guerra lo permitía había reuniones de la soldadesca. Yo estaba casi siempre ahí porque había un sargento de la Legión que tocaba la guitarra y cantaba, y aquello me hipnotizó. Y él lo notó. Un buen día me puso la guitarra en las manos y me dijo: 'Te voy a enseñar unos acordes de guitarra', y así empecé a tocar la guitarra. Un día una bomba le atravesó la cabeza. Se la vació por dentro". El bar no está ya en Oviedo, pero está la memoria. "Estábamos acostumbrados a ver muertos, los veíamos todos los días".
La Guardia Civil hurgó en la documentación de su madre, encontraron que había trabajado para sindicatos que entonces ya eran proscritos, la vida empezó a hacerse de acero y de miseria, "y todo aquello me afectó mucho; lo primero que hizo todo aquello fue desmoralizarme en el sentido de perder el sentido moral. Me acostumbré a no decir la verdad, a intentar aprovecharme de las circunstancias para poder sobrevivir. Todo lo que empezaba a sucederme estaba en contra de lo que me había enseñado mi madre".
La oscuridad de la posguerra. Y el encuentro con la Universidad. "Los primeros años de la posguerra estuve recluido en un sanatorio de León, haciendo reposo, por la tuberculosis. Iba los domingos a misa. Cuando estaba mejor bajaba andando unos tres kilómetros, a la estación, donde había una farmacia, y hacía tertulia con la farmacéutica... Era la única vida social que hacía. Iba a Oviedo dos o tres veces al año, para ver al médico, y para examinarme, y en tercero me incorporé ya a las clases".
Oviedo estaba en ruinas; en la cárcel del Naranco "había hombres a los que trataban como esclavos miserables", y la Universidad era "muy pobre, muy gris". Oviedo vivía "un clima de vencidos". El poeta ya había empezado a leer, a Dostoievski, a Chéjov, a Shakespeare, a Stendhal... "¡Menos La Regenta, los leí todos! Estaban, allí, disponibles en las librerías, y muy baratos".
"Ciudad de sucias tejas soleadas: / casi eres realidad, apenas nido, / sólo un rumor, un humo desprendido / de las paredes verdes y asombradas", esa Capital de provincias de sus versos lo vio marchar, finalmente, a hacerse periodista o músico, incluso abogado, trabajó de funcionario de Obras Públicas en el Madrid oscuro de la posguerra, se fue a Estados Unidos, conoció la noche y el alba, el alcohol y sus resacas... Volvió a Oviedo, a ser doctor honoris causa. Allí, en medio de lo que queda del suelo en que se hizo, se sintió otra vez "tan sólo esto: / un escombro tenaz, que se resiste / a su ruina, que lucha contra el viento, / que avanza por caminos que no llevan / a ningún sitio. El éxito / de todos los fracasos. La enloquecida / fuerza del desaliento...".
Doctor en Oviedo, y en sus rastros.


Habanera, Ángel González

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Carta de Pablo Neruda


Carta enviada por Pablo Neruda al recién liberado Marcos Ana
Santiago de Chile, Enero de 1962


Quiero enviarte, Marcos Ana, algunas palabras, y qué poca cosa son, qué débiles las siento cuando se enfrentan a tu largo cautiverio, qué poca y pequeña luz para la sombra de España. Desde aquellos días en que perdimos —los pueblos y los poetas— la guerra, perdimos también todos gran parte de la poesía y muchos perdieron o la vida o la libertad. Así se me murieron muchos poetas y sufrimos también nosotros tormento y muerte.
Añadimos una cruz y otra cruz a la necrología de los tiempos y estas cruces las trazamos en nuestro propio pecho para que no pudieran olvidarse. Le reprochamos a todos el olvido que nosotros no aceptamos, nosotros los que continuamos sangrando.
Por eso, cuando sales a respirar la pobre libertad española, qué poco significarían estas pocas palabras si no llevaran en ellas tu propia pasión, la misma lucha tuya, y nuestra común esperanza. Tú eres el rostro que esperábamos, resurrecto, resplandeciente como si en ti volvieran a vivir luchando los que cayeron.
Te recibimos en la ardiente poesía militante que seguirá peleando porque no sólo siente sílabas sino sangre; te abrazamos con infinita ternura y con la viva fraternidad de quienes siempre te esperaron.

Pablo Neruda

"EL NIÑO DE LA PRISIÓN"


5/7/06

"EI niño de la prisión"
Andrés Iniesta López

Andrés Iniesta es un hombre menudo pero lleno de energía. A sus ochenta y cuatro años, conserva frescos los recuerdos de una juventud que no disfrutó. Su memoria ha sido, sin embargo, el baluarte al que aferrarse para superar un pasado doloroso.
Ahora ha plasmado en un libro, “EI niño de la prisión”, la experiencia traumática que supuso
perder a varios familiares y pasar varios años de su vida en la cárcel por la represión franquista.


Desde hace unos días, la residencia donde vive Andrés es un hervidero en el que todos, residentes y trabajadores comentan el"éxito" de su compañero. Él, que no oculta su satisfacción por el revuelo que ha generado su libro, no para de recibir visitas y de atender telefónicamente
a periodistas y a todo aquel interesado en su historia. Por fin, los jóvenes y no tan jóvenes de hoy tendrán la oportunidad de conocerla.

- ¿Qué sintió al ver publicado su libro a sus ochenta y cuatro años?
Sentí la alegría más grande de mi vida porque estaba deseando que viera la luz del día una historia como ésta, que jamás se había contado. Comencé a escribir mis memorias en 1982, después de las elecciones que dieron el triunfo a Felipe González, pero los principales impulsores de que se convirtieran en libro son el periodista francés, Guilles Passer, que llevaba detrás de mí veinte años para convencerme de publicarlas, y mi nieto Fernando.

- En el prólogo dice que no lo escribió para usted, sino para su familia y los jóvenes. ¿Por qué?
Mi intención era que las generaciones posteriores supieran lo que pasó, lo que pasamos muchos,
después de la guerra en España; en particular, lo que sufrí yo, que con diecisiete años, nada más acabar ésta, fui detenido junto a mi padre y pasé diecinueve represaliado, primero en la prisión Monasterio de Uclés (Cuenca) y en la de Ocaña (Toledo), después en Cuelgamuros (Madrid) y en un batallón de trabajadores en África y, finalmente, a disposición de la autoridad, con obligación de presentarme todos los meses en comisaría, hasta que me dieron la libertad definitiva en 1958.
Yo, que no tuve juventud, quiero que los jóvenes conozcan mi historia, que, por lo que veo no sólo interesa a "cuatro", como yo pensaba.
Mi libro ha tenido un gran impacto; en apenas quince días desde que se presentó, me han llamado de muchos sitios: Tenerife, A Coruña, Santiago de Compostela e, incluso, Colombia.

- Por lo que se deduce del mismo, tiene usted una memoria prodigiosa.
Se acuerda de los nombres, apellidos y de los pueblos de muchos de sus compañeros de prisión.
Me acuerdo de todo. Conservo en la memoria todos los datos que he recogido en mi libro desde que los recabé de dos guardias de la prisión que me decían los nombres de los que eran fusilados cada día.
Gracias a éstos, que estaban a nuestro favor y nos pasaban la prensa diaria, nos enterábamos
también del desarrollo de la Segunda Guerra Mundial.
Cuando se cerró la prisión de Uclés, estos guardias fueron trasladados a la del Puerto de Santa Maria (Cádiz) y después expulsados del cuerpo de prisiones por su posición favorable a los presos. Ellos me pasaban la lista de los que habían sido ejecutados, que fui memorizando hasta aprendérmela totalmente.

– Supongo que además es difícil olvidar una experiencia como la suya.
Aunque ahora, a mi edad, no me acuerde de lo que cené anoche, no se me olvidará nunca lo ocurrido hace sesenta años. Mucho menos si se tiene en cuenta que cuando ingresé en prisión tenía la sensación de que sólo saldría camino del cementerio; nos lo recordaban a diario los guardianes y a nuestros familiares se lo decían cuando venían a vernos.
Hay cosas que no se me van de la cabeza, como la ejecución de mi padre en Ocaña. No me dejaron acompañarle las horas previas a su muerte, a pesar de que era normal que el reo pasara esa noche junto a otros familiares presos si los tenía. El capellán de la cárcel, al que reconocí años después en el andén del metro, me confesó que no lo había permitido para evitarme sufrimientos. Yo, por supuesto, le recriminé su ignominia por impedir el último abrazo entre un padre y su hijo.

– Cuenta en el libro que llegó a aconsejar a su padre que se suicidara antes de que lo ejecutaran.
Me daba mucha pena verlo en la cárcel, estaba en muy malas condiciones y yo sabía que le iban a fusilar. Por eso se lo pedí, pero él no me hizo caso; todavía tenía esperanzas de que no le mataran porque "no había hecho nada”. Le dije que les bastaba que hubiera sido alcalde republicano de Uclés y, desgraciadamente, no me equivoqué.
Sin embargo, no se conformaron sólo con eso y en su última noche le pegaron una paliza de muerte. Los que se la dieron, un funcionario de prisiones y un paisano nuestro, se encargaron de que se supiera en el pueblo con todo detalle. Incluso, se comieron dos corderos para celebrarlo.


"Yo, que no tuve juventud, quiero que
los jóvenes conozcan mi historia"

– Perder a los padres así, siendo tan joven, debe ser terrible, ¿no?
Ese recuerdo no se me va nunca de la cabeza. A mi madre, que murió el día que empezaba la Segunda Guerra Mundial, el 1 de septiembre de 1939, no pude verla desde que me detuvieron unos legionarios a doscientos metros de mi casa. No me dejaron despedirme de ella y no la volvería a ver. Dijeron que ya iría a visitar a su hijo cuando estuviera en una fosa en el cementerio. Sin embargo, aunque la quería mucho, me acuerdo más de mi padre, de la muerte tan indigna que le dieron y que no merecía. Además, perdí a una hermana que falleció de tuberculosis con dieciocho años debido a las penurias pasadas.

– ¿Tenía más hermanos?
Si, tres más, pero han fallecido ya; incluida una hermana que sólo tenía dos años cuando se acabó la guerra. Yo era el mayor pero les he sobrevivido a todos, al igual que a los paisanos de mi quinta, la del 42.

– Parece que las calamidades que pasó en la cárcel le han hecho a usted más resistente.
En la prisión Monasterio de Uclés había que sobrevivir como fuera. Así me las compuse para superar el hambre que allí se pasaba recurriendo a los desperdicios de la enfermería que diariamente se depositaban en un cajón al que llamaba “alacena”. En él había mondaduras de patatas, de nabos de zanahorias, cortezas de naranja, mezclados con gasas ensangrentadas y purulentas, pero que eran alimento suficiente en esas circunstancias.
Gracias a eso pude contarlo y probablemente, hacerme más duro y resistente.

– La maldad, ¿existe?
La maldad de aquella época no existe ya. Estoy seguro de que aquello no podría repetirse, pues es la vergüenza más grande que se ha producido en la historia.

– ¿Ha perdonado usted?
Sí, todos los que hicieron eso ya están perdonados. A muchos de ellos, Dios se los ha llevado para allá y ya no tiene ningún sentido no hacerlo. Yo sólo quiero que se conozca lo que pasó después de la guerra, nada más. Precisamente, en el libro no he querido dar nombre
alguno de los que me hicieron tanto daño, la mayoría fallecidos, sólo de uno de mi pueblo que actuó como testigo de cargo en el consejo de guerra que me condenó y que se despachó con todo tipo de falsedades sobre mi y el resto de sus paisanos recluidos.

– ¿Piensa que se ha hecho justicia?
No, ninguna. El hecho de que mi padre permanezca aún en la fosa cuarta de Ocaña lo demuestra. También, que en algunos lugares se sigan oponiendo a que se recupere la memoria de nuestros muertos. Muchos piensan todavía como el obispo de Cuenca que hace veinte años, cuando nos dirigimos a él para que nos diera permiso para poner una placa en recuerdo de los enterrados en la fosa de Uclés, nos dijo que “los perros no necesitan de tanto recuerdo”. Algunos creen que nuestra demanda pretender reabrir viejas heridas, pero no quieren ver que siguen abiertas mientras los muertos no descansen en sus pueblos, al lado de sus familiares.

– ¿Hace mucho tiempo que no va por Uclés?
La última vez fue el año pasado cuando acudí a la exhumación de los restos de los presos ejecutados de la fosa aneja al Monasterio en el lugar llamado “La Tahona”, realizada
por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Cuenca y que continuará en
julio de este año.

- Al final, usted pudo rehacer su vida.
Sí, me casé, tuve hijos e, incluso, trabajé en una fábrica donde no miraban tu origen. Por desgracia, mi mujer falleció el año pasado. Eso ha sido lo más duro que he vivido; hubiera preferido volver a pasar otra vez lo que pasé antes que su muerte.
"Lo más duro que he vivido ha sido
la muerte de mi mujer"


– Hablando de la situación de las personas mayores en España, ¿cómo la valora una persona que vive en una residencia?
Para mí está mal: cobro una pensión mensual de 830 euros y pago 1.100 a la residencia por lo que tengo que echar mano de mis ahorros para hacer frente a la diferencia.
A pesar de eso, la calidad de vida que tenemos ahora no tiene nada que ver con la que existía hace años en España.


Texto: José C. Fernández
Fotos: Jesús Navarro

Poema a un Antepasado


Quiero inaugurar este nuevo apartado con un trocito de un poema de Don Ramón que me emociono y me sirvió para añadir a mi historia particular.
Poema a un Antepasado
Hoy quisiera que sepas
que sin saber como eras
que sin saber en donde
se han hundido tus huesos
igual yo te recuerdo,
y pienso conmovido
en cuanto habrás soñado
en cuanto habrás sufrido
tú mi antepasado
en el tiempo perdido
tú mi antepasado
tan lejano y querido.
Don Ramón de Almagro

Video Mi Corazón es Patio


Quiero compartir con vosotros este maravilloso video, que he descubierto gracias a la introducción que ha puesto El Kebrantaversos en su pagina de mi Blog, y que ha hecho LUNA del poema de MARCOS ANA, y que personalmente me ha encantado, espero que a vosotros también.



Mi Corazón es Patio
1
La tierra no es redonda:
es un patio cuadrado
donde los hombres giran
bajo un cielo de estaño.
2
Soñé que el mundo era
un redondo espectáculo
envuelto por el cielo,
con ciudades y campos
en paz, con trigo y besos,
con ríos, montes y anchos
mares donde navegan
corazones y barcos.

Pero el mundo es un patio.
(Un patio donde giran
los hombres sin espacio.)

3
A veces, cuando subo
a mi ventana, palpo
con mis ojos la vida
de luz que voy soñando.
Y entonces digo: "El mundo
es algo más que el patio
y estas losas terribles
donde me voy gastando".
Y oigo colinas libres,
voces entre los álamos,
la charla azul del río
que ciñe mi cadalso.
"Es la vida", me dicen
los aromas, el canto
rojo de los jilgueros,
la música en el vaso
blanco y azul del día,
la risa de un muchacho…
Pero es soñar despierto.
(Mi reja es el costado
de un sueño que da al campo),
4
Amanezco, y ya todo
—fuera del sueño— es patio:
Un patio donde giran
los hombres sin espacio.
¡Hace ya tantos siglos
que nací emparedado,
que me olvidé del mundo,
de cómo canta el árbol,
de la pasión que enciende
el amor en los labios,
de si hay puertas sin llaves
y otras manos sin clavos!
Yo ya creo que todo
—fuera del sueño— es patio.

(Un patio bajo un cielo
de fosa, desgarrado.
que acuchillan y acotan
muros y pararrayos.)

5
Ya ni el sueño me lleva
hacia mis libre años.
Ya todo, todo, todo
—hasta en el sueño— es patio.
Un patio donde gira
mi corazón, clavado;
mi corazón, desnudo;
mi corazón, clamando;
mi corazón, que tiene
la forma gris de un PATIO.
(UN PATIO DONDE GIRAN
LOS HOMBRES SIN DESCANSO).



El Rey Mago de Todos los Días


El Rey Mago de todos los días
------------------------------
¡Que hombre trabajador! dijo uno,
¡Que bueno era! repitieron varios,
vivió para trabajar comentó otro,
pero hubo alguien
que en voz baja murmuró despectivamente:
no supo vivir, él no hizo más que laborar;
siempre haciendo horas extra,
siempre metido en la fábrica,
nunca vacaciones, nunca un viaje.
El hijo del difunto, que alcanzó a escuchar, pensó,
y sí tienen razón, el viejo no era malo,
pero conmigo, casi nunca estuvo,
nunca una charla, nunca un paseo,
nunca pensaba en mí, él sólo trabajaba.
Cuando pasaron los años,
el muchacho formó un hogar
y ahí cayo en la cuenta
que el viejo nunca había vivido para trabajar,
el viejo había vivido para ellos,
para la familia,
para que nunca les faltara nada;
para los libros, los cuadernos, la ropa;
para esas bolsas llenas de comida
que traía la vieja del mercado.
El viejo había cambiado lo mejor de su vida
por las tantas cosas que siempre hacen falta
y cada cosa hasta la más pequeña
le había costado al viejo horas de vida;
entonces el muchacho, ahora un hombre,
pudo sentir que el viejo nunca
le había olvidado, que había dejado para él
en cada ladrillo, en cada puerta,
en cada ventana de la vieja casa
un gran abrazo, un abrazo grandote.
Sin saber por qué, se recordó niño
en una noche que quiso esperar
a los reyes magos despierto
y se preguntó, por qué nunca había intentado
esperar despierto a ese rey mago de todas las noches
que fue su padre
y con sorpresa comprendió que era ese padre
el que en realidad
había estado esperando siempre unas palabras suyas.
Quizá todavía no fuera demasiado tarde, pensó;
entonces levantando la frente hacia el techo
dijo: ¡Gracias papá!

Don Ramón de almagro

....DE ALMAGRO


Ramón puja por la poesía simple, aquella que pueda llegar a muchos oídos, y sobre todo, a muchos corazones. Piensa en una poesía que se entienda y se disfrute, una poesía “para la gente” porque, según Ramón, “en general, los poetas escriben para los poetas”. Trabaja por una poesía que no se escriba para cosechar buenas reseñas, ya que “los críticos dicen que lo que tiene un poco de rima es horrible. Ellos rechazan mi poesía. La gente no está preparada para lo que –los críticos- le aconsejan leer y, cuando lo lee, siente el mismo rechazo que el crítico siente por mi poesía”, expresa Ramón.


El hombre de Almagro publicó alrededor de 75 mil cuadernillos, de los cuales vendió más de 60 mil ejemplares porque “muchos se pierden o los regalo” y editó una publicación con sus cincuenta poesías y cinco cuentos. Además, realizó una investigación sobre Marcos Ana, un poeta español preso durante la dictadura franquista durante 23 años, con el cual logró contactarse gracias a Internet y a las casualidades de la vida ya que, tal como cuenta el poeta ibérico en una carta a Ramón, una maestra norteamericana que lo visitó le contó que: buscando materiales sobre mi vida y mi poesía se encontró en Internet con una historia que la emocionó mucho: la que tú cuentas en ‘Recordando a un poeta’. Me conmovieron tus esfuerzos por ‘encontrarme’ y la apasionada difusión que haces de mi poesía y de mi vida”.
Actualmente, Ramón reconoce que trabajo poco, escribo poco y quiero mucho a mi señora y en sus ratos libres visita una biblioteca anarquista cercana a su casa y dice que la visita “porque está cerca y porque se puede fumar”.
Siempre que la inspiración golpea la puerta, Ramón la deja entrar. Y con 73 años, Ramón de Almagro proyecta escribir una nota sobre el poeta Francisco Acuña de Figueroa, nombre de la calle que lo albergó durante 60 años en su querido barrio de Almagro.

…de Almagro
Ramón Valdéz nació en Arrecifes, provincia de Buenos Aires, el 10 de abril de 1934. A sus tres años, su familia se mudó al barrio porteño de Almagro y es allí donde Ramón eligió asentar su corazón y sus recuerdos.
Almagro se convirtió en su apellido por elección: una noche del año 1996 Ramón se comunicó con un programa radial conducido por el periodista Omar Cerasuolo con el objetivo de recitar al aire su primer poema, titulado “Me han tirado un beso esta mañana”. “Lo primero que me dijeron es ‘¿Quién habla?’ y me acordé que una señora había dicho ‘Marta de Quilmes’, otro ‘José de Floresta’, entonces yo le dije ‘Ramón de Almagro’”, recuerda el poeta. Y a pesar de una reciente y forzada mudanza que lo alejó algunas cuadras de su querido barrio, Ramón dice que siempre va a seguir firmando “Ramón de Almagro” porque “es mi seudónimo. ¡Y no voy a estar cambiando los seudónimos cada vez que me mude!”.
Durante su niñez, Ramón vivió en uno de los extremos de la calle Humahuaca y siempre le decía a su mamá que algún día iba a “recorrer la calle hasta el final”, aunque sólo eran unas diez cuadras. Desde que conoció a su esposa Elsa, supo que su sueño de niño tenía indicios de predicción, porque Elsa vivía justo en el otro lado de la calle. Y desde que la vida los cruzó en el trabajo, no se separaron más.
Pero Ramón es un hombre apasionado. Con la vida, con su barrio, con su esposa y con su club… San Lorenzo es el club de sus amores y la vieja cancha de Av. La Plata lo tuvo entre sus asistentes partido tras partido. Con el tiempo, los compromisos matrimoniales lo alejaron de la hinchada y el traslado del estadio se llevó a los cánticos más lejos, pero Ramón cuenta que “después de casados íbamos al supermercado Carrefour que está allá en San Lorenzo” buscando ese añorado “lugar en la tribuna que ya no está”.

Mi Poema de Abril
Picoteando la cáscara
de algún viejo recuerdo
con la lluvia de Abril
nacerá mi poema
le pondré mil colores
los más puros y claros
una música tenue
y el perfume de nardos.

Como una luciérnaga
brillará titilando
subirá por los aires
escapando de mi alma
se estirarán mis manos
sin poder alcanzarlo,
se quedarán mis labios
como siempre rogando:

Que una estrella lo guíe
que lo lleve a tu lado,
pues si tú lo encontraras,
y llegas a escucharlo
mi poema de Abril
quizá viva... hasta Mayo.


Don Ramón de Almagro

NOTAS DE PRENSA


NOTAS DE PRENSA
MARCOS ANA en la ARGENTINA Crónica de Buenos Aires 20-10-63

ENTREVISTA CON LETRADOS EN LA ASOCIACIÓN DE ABOGADOS DE BUENOS AIRES
El viernes, día 25, Marcos Ana ha sido recibido por el Consejo Directivo de la Asociación de Abobados de Buenos Aires, en sesión especial, con asistencia de alrededor de 40 letrados. La entrevista ha revestido una importancia especial por tratarse de la entidad que agrupa a gran número de abogados de la capital argentina y por el contenido de la misma, así como sus resultados. Marcos Ana comenzó haciendo una breve exposición referente ala magnitud y el carácter de la represión en España, la legislación y las prácticas represivas, procesales y penitenciarias, ilustrándola con su propia experiencia y con ejemplos de otros presos políticos. Pero lo más importante del encuentro ha sido las preguntas, numerosas y demostrativas de un sincero y profundo interés, que le dirigieron los abogados, y las respuestas dadas por él, acogidas con signos de convencida aprobación por los asistentes. Los letrados se han interesado por múltiples aspectos, de carácter jurídico y humano, de la vida de Marcos Ana; de la legislación franquista, el sistema de los consejos de guerra, los métodos procesales que en ellos se aplican, las condiciones en que se incoan los procesos, la falta de garantías de defensa, el régimen carcelario, etc. etc. Al término de la entrevista, el presidente de la Asociación, Doctor Carlos S. Fayt, manifestó que la entidad se complacía en haber recibido en su sede a Marcos Ana y haber oído su valioso testimonio.
Reafirmó la posición de la Asociación de Abogados en la defensa de los Derechos Humanos y su restablecimiento en España y declaró: "En cuanto Ud. representa el ansia de libertad de España, cuente con nuestra solidaridad y nuestro aplauso".
Terminada formalmente la reunión, aun durante largo rato, los letrados asistentes rodearon a Marcos Ana y le expresaron su simpatía, su preocupación por la situación de España y de sus presos políticos, su decidida solidaridad con la causa de su libertad y del imperio de los principios del derecho en España.

DOS ALOCUCIONES DE RADIO. - ENTREVISTAS DE PRENSA
El sábado 18, por radio Rivadavia de esta capital, Marcos Ana ha intervenido en dos audiciones consecutivas: la primera, un programa periodístico titulado "Hablando claro", en la que ha dirigido un saludo al pueblo argentino, transmitiendo el mensaje de gratitud y de esperanza en la solidaridad, de los presos políticos, de sus mujeres y sus hijos y del pueblo español; la segunda, en el programa "Recordando a Galicia", en el que ha dirigido un saludo a la numerosa colonia gallega de Argentina, recordando a los gallegos encarcelados en las prisiones franquistas, a los que cayeron bajo la represión o se extinguieron en presidio; exaltando el espíritu anti-franquista y democrático, la contribución a la lucha por la libertad de España que da el pueblo gallego, haciendo honor a sus tradiciones. Fue éste un mensaje emocionante, pletórico de sugerencias para los hijos de Galicia y preñado del cariño de este gran hijo de España que es Marcos Ana, por la tierra gallega y por su pueblo.
Marcos Ana continúa celebrando entrevistas periodísticas. Ha sido entrevistado, entre otras publicaciones, por la revista "Vea y Lea", una de las de mayor tirada de Buenos Aires.


GRANDIOSO HOMENAJE DE LA COLECTIVIDAD ESPAÑOLA
Hoy, domingo 10, en el salón teatro de la Federación de Sociedades Gallegas, se ha celebrado el banquete de homenaje de la colectividad española a Marcos Ana. Alrededor de 800 comensales han rodeado al poeta de las cárceles de España. Han asistido dirigentes de numerosas entidades españolas, exilados políticos, personalidades argentinas de la vida política, cultural y social. En medio de una emoción indescriptible, Marcos Ana ha hablado extensamente, seguido por una atención sólo interrumpida por frecuentes explosiones de aplausos, de la vida y el sacrificio, de la entereza y el ejemplo de fe de los presos políticos, de sus mujeres, de sus hijos, del valor de la solidaridad, del deber de prestarla incansablemente, de la necesidad de la unidad de los españoles en esta tarea y en la de luchar por la eliminación de la dictadura franquista. Describió el panorama español, subrayando la orfandad en que se debate la dictadura y la trascendencia que para una solución rápida, pacífica y democrática, tiene la unidad de todas las fuerzas de oposición. Subrayó las profundas razones de la reconciliación nacional como única vía para dicha solución.
Finalmente, recito poemas. En todos loa asistentes, hombres y mujeres, era la emoción tanta, que se advertía en los rostros, en los ojos humedecidos muchas veces por las lágrimas.
Marcos Ana fue presentado por Rafael Alarcón, exiliado republicano, vocal de la Junta Directiva del Centro Republicano de Buenos Aires y Director del Instituto de Ayuda y Protección al Inmigrante Español, quien manifestó que lo hacía en nombre de todos los españoles demócratas sin distinción de tendencias ni matices y destacó el deber de todos de responder al mensaje que trae Marcos Ana luchando sin descanso por la libertad de nuestros presos y de nuestro pueblo. Don Eduardo Zamacois, el veterano escritor español, pronunció unas cariñosas y emocionadas palabras simbolizando en la sonrisa de niño de Marcos Ana el valor de su espíritu invicto después de tanta tortura y tanto cautiverio. El secretario General de la Federación de Sociedades Gallegas, Alberto Portas, recordando el poema de Marcos Ana, "La casa y el corazón" dijo: "Esta casa gallega y republicana, que tiene 42 años de existencia al servicio del pueblo gallego y de la República, ha estado siempre abierta para todos los representantes de este pueblo y de esta causa, la causa del pueblo español. Hoy, singularmente, esta casa, sin puertas y sin llaves se abre para ti, Marcos Ana. Es tu casa." Un momento muy emotivo del acto ha sido aquel en que se anuncia que un numeroso grupo de españoles que han pasado por las prisiones franquistas, encabezados por Luis Quesada y Juan Arancet, compañeros de prisión de Marcos Ana durante 17 años, se han unido en torno a una misma mesa del banquete. Hay entre ellos quienes estuvieron condenados a muerte, quienes fueron torturados, quienes pasaron 5, 10, 15 años encarcelados. Son los compañeros de Marcos Ana que lograron la libertad.
En nombre de todos ellos, saludan al camarada ahora liberado. Luis Quesada, que recuerda su primar encuentro con Marcos, en la galería de condenados a muerte de Porlier, donde a su llegada en 1942, el preso que le recibió, con palabras de aliento, de fe, de solidaridad entrañable, fue un muchacho, el más de los condenados, Marcos Ana". En el transcurso del banquete, Marcos recibió numerosas muestras de cariño; regalos de distintos organismos y núcleos presentes; de mujeres; de jóvenes; libros, objetos simbólicos, flores… Marcos, empuñando los ramos de claveles que había recibido, abandonó la mesa de cabecera, recorrió el salón y fue regalando claveles a las mujeres asistentes, tantas que no pudo llegar a todas. Después, las favorecidas, llevaban el clavel de Marcos Ana como una reliquia. Mucho tiempo después de concluir el acto, Marcos Ana continuaba rodeado del calor de los presentes: periodistas que querían hacerle preguntas, representantes de entidades para invitarle a acudir a las mismas, españoles y españolas que querían abrazarle, decenas y decenas de jóvenes, de hombres y mujeres, que querían su firma en uno de sus libros, en la revista de los presos políticos de Burgos aquí reproducida, "Muro"


LOS ACTOS A EFECTUARSE
Además de entrevistas y recepciones o encuentros informales, en los próximos días se efectuarán los siguientes actos: Recital en la Sociedad Argentina de Escritores el martes 22; recepción en la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos el miércoles 23, con inauguración de una exposición de obras de pintores argentinos inspiradas en sus poemas; viaje a la ciudad de Mar del Plata, donde se realizará un importante acto en el Teatro Colón, del Club Español local, el jueves 24; gran acto universitario en el Aula Magna da la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, el viernes 25.El domingo 27, por la tarde se desarrollará en el mayor local de reuniones de Buenos Aires, el Estudio Luna Park, un gran festival artístico, que será el acto final y de mayor amplitud por su concurrencia.

NOTAS DE PRENSA 1
MARCOS ANA EN LA ARGENTINA Crónica de Buenos Aires 25-11-63
HOMENAJE UNIVERSITARIO EN EL AULA MAGNA DE LA FACULTAD DE MEDICINA
Esta noche se ha celebrado el homenaje a Marcos Ana organizado por los estudiantes de la Universidad Nacional de Buenos Aires a través de los Centros estudiantiles de la Facultad de Medicina y de otras de dicha universidad. El marco de este acto ha sido el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Médicas, la mayor de todas las facultades, que se hallaba rebosante de un público juvenil y entusiasta, en el que podían verse también numerosos profesores. Ha intervenido, para presentar a Marcos Ana, el vicedecano de la Facultad de Medicina, Dr. Hugo Dickman, que dio la bienvenida al poeta a la referida casa de estudios y se refirió a su vida y a su poesía, condenando la arbitrariedad del franquismo y repudiando las calumnias que éste vierte contra Marcos Ana. También pronunció un discurso en nombre de los estudiantes, afirmando la solidaridad de estos con los presos políticos de España, con los estudiantes y el pueblo español, el presidente de la Federación Universitaria Argentina, Ariel Seoane. Finalmente, Marcos Ana, acogido por un entusiasmo desbordante, habló a los estudiantes argentinos, relatando su vida y la de sus compañeros presos, dando a la juventud universitaria argentina al mensaje de esperanza de los presos y de la juventud española. Luego recitó poemas y fue rodeado por un incesante corro de muchachos y muchachas que querían saludarle, solicitarle autógrafos, manifestarle su adhesión y su cariño. En el acto, donde Marcos Ana denunció la situación creada en el Penal de Burgos, el castigo que sufren Vidal de Nicolás, Llopis y Cunill por defender su libertad de conciencia, se aprobó un mensaje dirigido al Ministro de Información franquista para protestar de este hecho, a la vez que para reclamar el cese de la sangrienta represión en Asturias, la abolición de las torturas y de los tribunales militares de excepción, así como el respeto a los derechos humanos en España.

UN CRIMINAL INTENTO FRUSTRADO
Antes de iniciarse el acto de la Facultad de Medicina, los estudiantes observaron la entrada en el local de un elemento sospechoso, conocido por su filiación fascista. Rodeado por los estudiantes, se comprobó que llevaba un paquete conteniendo una bomba. Inmediatamente fue desarmado y los muchachos, indignados por este intento criminal contra Marcos Ana y contra el público asistente al acto, le dieron su merecido. Este hecho revela a qué extremos es capaz de llevar el franquismo su persecución al hombres que ante el mundo es un testimonio vivo, vibrante e irrefutable de la dictadura del general Franco. Sin embargo, el pueblo y la juventud de la Argentina, en éste y en todos los actos, rodeando a Marcos con el calor de su solidaridad y su cariño, ha frustrado las intenciones criminales del franquismo.

ENTREVISTA CON DIRIGENTES DEL PARTIDO SOCIALISTA ARGENTINO
Antes del acto reseñado, Marcos Ana ha celebrado una cordial entrevista con un grupo de dirigentes del Partido Socialista Argentino, encabezados por el Dr. Alfredo Palacios, en la residencia de éste. La entrevista ha sido cordialísima, afirmando los dirigentes socialistas su posición de solidaridad con el pueblo español, y expresando a Marcos Ana su apoyo a la misión y al mensaje que ha traído a la Argentina. Don Alfredo Palacios dio a conocer una insolente nota que le ha enviado el consejero Información de la Embajada franquista en Buenos Aires con motivo de la participación del veterano líder socialista en la Comisión Nacional de Homenaje a Marcos Ana, y la respuesta digna que envió a dicho funcionario. En la misma entrevista, el Dr. Palacios manifestó que se sentía complacido de ser quien ha de pronunciar el discurso de presentación de Marcos Ana en el gran acto que se celebrará el domingo próximo en el Estadio.


RECORTES DE PRENSA 1
Periódico MARCHA 28 de junio de 1963
MEMORIA DE UNA VIDA HEROICA
Darío Carmona, periodista español en Cuba, volvió a encontrar a Marcos Ana en La Habana.
El encuentro anterior había sido en el frente de Madrid. Allá, Marcos Ana era un miliciano muy joven y Carmona el cronista de Ahora, de Madrid, y de Juventud, periódico de la Juventud Socialista Unificada. En el frente de Madrid, en el frente del Ebro, en otros frentes, el periodista habló con muchos milicianos, y éstos con pocos periodistas. No es extraño que quien recordara primero aquel encuentro aquí fuera el reporteado, y no el periodista. La palabra a ambos, exilados (singular exilio el de Cuba para los socialistas que hablan español, exilio en el espacio, ya no en el tiempo).

A. Gilly


Está aquí, frente a mí, en la mesa de mi casa. Come con desgano, habla de prisa, lúcidamente, y se olvida del plato por contar sus recuerdos. No le cuesta hilvanar las frases, redacta bien hablando, así es que vuela con sus dramáticas anécdotas. Uno piensa: "Este hombre parece haber salido ileso de tantos años de horror, de las torturas… ¿Cómo, cómo es posible que podamos estar aquí hablando normalmente? Hemos vivido en dos mundos distintos: él sepultado vivo, yo libremente afuera… ¿y sus nervios? ¿no se los quebraron allá dentro?"

El viento de La Habana me da una parte de la respuesta. Un empujón del viento y se abre sola —de golpe— la puerta de mi departamento. Él está sentado de espaldas a ella y se vuelve sobresaltado.



Esa puerta… me recuerda lo que yo pensaba a veces en presidio. Podía pensar allí horas y horas. Muchas veces imaginaba cómo sería mi casa, cuando saliera: sin puertas, sin ventanas, sin una cerradura, sin un picaporte. Que entrara quien quisiera, el viento, la gente, el paisaje. He vivido tantos años escuchando cerrojos que se corren y se descorren. Sólo desde mi celda hasta el patio, en Burgos, había nueve puertas y nueve cerrojos. Y nueve más de vuelta hasta la celda: 18 puertas, 18 cerrojos…

Va tomando forma y realidad su vida a través de la larga conversación. Eso si, la cuenta a ráfagas. Se detiene unos segundos, muy serio, ante cada sugerencia. como si cada evocación tuviera su dosis de dolor. Después, de salir de "aquello", muchos le preguntaron por loa años interminables en el sepulcro carcelario y sobre sus impresiones al inaugurar la libertad. Pocos parecieron acordarse del prólogo de aquello, del Marcos Ana niño que no se llamaba así sino Femando Macarro Castillo.

Bueno, yo nací en Ventosa del Río Almar en la provincia de Salamanca.

El 20 de enero de 1921. Sí, una aldea de unos trescientos habitantes. Un pueblo desolado, de piedra y de miseria, encontrado tierra adentro. Su nombre es engañoso: no había río allá sino un riachuelo raquítico que se calcinaba en la tierra, que se secaba sin poder llegar al mar ni a ninguna parte.

Mi padre era Marcos Macarro, jornalero del campo. Mi madre. Ana Castillo. Ella administraba la pobreza de la familia y además era cocinera de una labranza o cortijo. Los dos, católicos, analfabetos. Muy católicos.

Marcos… Ana, los dos caerían segados por acontecimientos trágicos que se desencadenaron como una pesadilla. Morirían en una lucha que no entendían y que el hijo sí entendía bien. La metralla de los aviones italianos (Marcos), el corazón paralizado (Ana), cuando llegó por segunda vez la noticia: "su hijo ha sido condenado a muerte".

Los dos, muertos. Muertos por el enemigo. El hijo aquí. recordando, resucitando desde la tiniebla de las cárceles y con el nombre de pila de sus padres enlazado, más tierno que ningún apellido: Marcos Ana. "Eso heredé de ellos", dice.

El chico del carrito
Se pasa la mano por la frente varias veces, como si así los recuerdos de cuando era chico perdieran sus velos:

Pronto dejamos Ventosa del Río Almar. Mi hermana mayor se fue a servir a Madrid como criada. Su patrón tenía una huerta en Alcalá de Henares y propuso a mi padre que se fuera allá como hortelano. Nos fuimos todos con él a Alcalá. Yo tenía ocho años; apenas me dejaron ir a la escuela. Con prisa aprendí a leer, a escribir y las cuatro reglas. Los pobres no durábamos mucho en el pupitre. Enseguida, a trabajar. Fui "mochi", esos chicos desarrapados que ayudan a los jornaleros en las faenas del campo… Luego me metieren en un humilde comercio: salía por los pueblos con un carrito vendiendo hoces, cordeles… Muy mal lo pasábamos. Los jornales eran bajísimos, se deshacían como suspiros apenas cobrados. Primero, algo comíamos de la huerta; pero después los hijos del patrón pensaron que aquello se vería más bonito convertido en jardín. Fue la derrota de las patatas, de las lechugas, de las coles. Las margaritas y las rosas que tantos poetas cantaron, fueron para nosotros anuncio de hambre y privaciones.

Se va animando Marcos Ana.
¿Cómo explicarle? Yo era un chico con una vitalidad interior tremenda. Las cosas, la vida. no sólo me atraían sino despertaban en mí una pasión incontenible. Sin darme cuenta, buscaba un ideal al que entregarme. Lo necesitaba. Sólo un ideal, una verdad, podría sacarme fuera de mi mismo, dar cauce a esa vitalidad que me bullía por dentro. Fui un católico apasionado. Era aún un adolescente y me nombraron en cargos dirigentes en congregaciones católicas juveniles: la de San Tarsicio mártir, la de los Santos Niños… Pero yo seguía inquieto.


El mitin de Alcalá
Seguía inquieto —continúa Marcos Ana— hasta que un. día la Juventud Socialista anunció un mitin en Alcalá de Henares. Fui por curiosidad. Salí fascinado, con una sensación de alegre plenitud que no había conocido nunca.

Usa de nuevo el adjetivo "tremendo", que le gusta emplear cuando quiere marcar algo; "—Me entró un entusiasmo revolucionario tremendo; fue como un flechazo, como conocer la verdad de pronto y enamorarse de ella". El muchacho campesino no perdió palabra en aquél mitin. Jóvenes oradores hablaban de la lucha ardiente contra el fascismo; de la construcción de un mundo nuevo de justicia y de verdad. Eran combativos y generosos. Y cuando hablaban de la explotación del hombre por el hombre, no adoptaban una actitud de "resignación fatalista", sino que se alzaban contra ella como contra una lepra que había que exterminar para siempre. Cantaban himnos. No le temían a la policía ni a la guardia civil. Hasta el aire castellano de Alcalá parecía otro aquel día del mitin.

Sonríe para añadir esto:
Naturalmente, pedí enseguida mi ingreso a las Juventudes. Me lo dieron y me sentí feliz. Tenía entonces 15 recién cumplidos. Era el menor de todos y ellos decían que era la mascota...

En los caminos de Castilla —julio de 1936— le sorprendió la Guerra. Un fusil, un puesto en el combate, eso quería él. Se iniciaba, sangre y fuego, la gran conspiración contra el pueblo español. Cuenta:

Me incorporé como miliciano al Batallón Libertad, que se formó en Alcalá de Henares. Escuché los primeros tiros en la Sierra de Guadarrama, en Peguerinos… Pero me echaron del batallón por menor de edad cuando se constituyó nuestro Ejército Popular Regular.

Tuvo que dejar el fusil que ya era un "camarada".
Pasó a realizar labores de organización junto a los jóvenes.

Ya eran más. Las Juventudes Socialistas y las Comunistas se habían dado la mano, fundiéndose en las Juventudes Socialistas Unificadas de España. La J.S.U., así la llamaban. El chico del carrito tenía sentido de responsabilidad, trabajaba ardientemente, sin reloj. Le nombraron secretarlo del Comité Comarcal de la Juventud, que abarcaba 42 pueblos de la zona.

Una noche, la aviación fascista ("Capronis" italianos, "Junkers" alemanes) bombardeó duramente a Alcalá. Corrió hacia su casa con un presentimiento. La vio hundida, despedazada Unos soldados buscaban victorias alumbrándose con una linterna. "¡Préstame la linterna!". Se la dieron, en silencio. Habla más rápido que nunca cuando explica esto:

Al primer haz de luz, vi los pies de mi padre. Los reconocí enseguida. Sus pies de jornalero con las botas gastadas, agrietadas, que ya no usaría más. Y encima, los escombros…

Siguió la guerra. Tenía 17 años cuando colaboró en la organización de las divisiones de la Juventud, que serían ejemplo heroico en las trincheras. Él "mismo ingresó en la Octava División; mandada por el comandante Ascanio.

Otra vez el fusil y el combate. Fue instructor político de la Juventud en la División y allí se bautizó como escritor. Escribía en los periódicos rurales de las trincheras. Crónicas y artículos que, a veces, despedazaba la metralla. Poesía, aún no. Era pronto.

El infierno
Llegó el final de la Guerra. Un negro manto de luto y de muerte sobre España entera. Marcos Ana estaba en el frente de Madrid. De allí, a Alicante, a la costa mediterránea. Ya España no era de los españoles: le detuvieron los soldados italianos de la División Littorio. Él tiene una memoria prodigiosa, pero aquí vacila:

No sé si fue el 28 de marzo de 1939 o el día 29… El puerto de Alicante era una inmensa trampa, un caos angustioso. Más de treinta mil combatientes de la República, unos barcos de evacuación prometidos por los países de la No-Intervención que no llegaron nunca. Una traición sobre otra traición. Se oían los disparos secos de los suicidas y las descargas de los primeros fusilamientos. No era más que el prólogo de una época de horror y terror.

Desde el puerto, al próximo campo de concentración de Albatera, alambrado velozmente por los franquistas. Albatera, el infierno. Bajo una lluvia torrencial siete mil combatientes en pie, formados militarmente, enfilados por ametralladoras. Señoritos y oficiales de Franco los insultaban, los vejaban. Seis días y seis noches así. Sin comer.

Marcos Ana recuerda:
A veces nos agachábamos un momento y comíamos hierba. Pastábamos como los animales Era la única manera de no caer desvanecidos.

Hitler prometía entonces mil años de fascismo y eso quería decir represión desbocada, sin tapujos. En el mismo campo de Albatera funcionaba un látigo, la paliza a muerte, el piquete de fusilamiento.

El joven Marcos Ana vio allá, entre la sucia y tremenda tragedia, a los antiguos militantes de los partidos obreros, a algunos comisarios, esforzándose en mantener la moral y la dignidad de sus compañeros. Sufriendo como todos, pero inquebrantables como apóstoles de acero. Sus palabras eran, la única luz entre el suplicio:

¡Serenidad, compañeros! Que ningún camarada pierda la cabeza… Mantenedse en pie… Hay extranjeros que nos miran y nosotros representamos la dignidad de España, su honra… Nunca todo está perdido para el pueblo!

¡Seguiremos luchando!...

El 14 de abril se fugó Marcos de Albatera. Llegó hasta Madrid y allí se ocultó. A los pocos días, un delator lo entregó a la policía, a la Brigada político-social, organizada directamente por Himmler, Jefe de la Gestapo nazi.

Marcos hacía tres meses que había cumplido los 18 años. Ya no saldría de presidio hasta cumplir los 41. Pasaría sepultado en vida 22 años y siete meses. Diría desde adentro:

La tierra no es redonda.
es un patio cuadrado
donde los hombres giran
bajo un cielo de estaño.

Y Pablo Neruda —"Mi hermano mayor poeta"— saludaría así, en una carta que le escribió, la buena, nueva de la libertad de Marcos Ana, el airoso desenlace con que no contaban los enemigos:



"Tú eres, el rostro que esperábamos, resurrecto,
resplandeciente como si en ti volvieran a vivir
luchando los; que cayeron...

43 días
Recién detenido, llevaron a Marcos Ana a la comisaría de la calle Almagro 36. En Madrid muchos palidecen sólo con oír nombrar esa dirección: Almagro 36. Las manos delgadas y largas de Marcos Ana, juegan nerviosas con un fósforo al evocar la pesadilla vivida.

Cuando yo entré, aquello parecía un sangriento hospital, sin camas. Nadie en pie. Hombres, muchachos sangrando por la boca, los oídos, tirados en el suelo. Vi que las claraboyas de vidrio que daban al patio estaban rotas. Pregunté con un gesto. Me dijeron:

"Por ahí acaba de tirarse el doctor Recatero". Luego vino el suplicio, la tortura interminable, eternamente reanudada. El "mochi" que ayudaba a los jornaleros castellanos, el chico del carrito, el campesinito entusiasta que "se enamoró en un mitin del Socialismo", el imberbe militante de las Juventudes, debía probar ahora que era un revolucionario entero, un hombre.

Vuelve a pasarse la mano por la frente al enunciar las torturas. No las detalla, sólo las nombra:

Entre palos e insultos, me pusieron corrientes eléctricas, cuñas en las uñas de las manos, me abrasaron las plantas de los pies… Otras veces, el tormento de la asfixia: me echaban agua en la boca con un embudo; me colocaban una máscara anti-gas con los conductos cerrados. Y, mientras sentía un pitito creciente y alucinante en el cerebro, me ponían una pluma en la mano para que firmara la declaración que ellos habían escrito. Querían que denunciara, que delatara, que diera nombres de compañeros… No dije nada.

No dijo nada. Y fueron 43 días de tortura: "Me acuerdo muy bien: desde fines de abril hasta el 8 de junio, exactamente 43 días". Mantenía viva la vigilancia sobre mí mismo, y en medio del dolor iba contando: "Llevo 24 días sin claudicar, sin quebrarme… Llevo 25 días… Llevo 26…"

Ahora explica:

Antes que comience el tormento, mientras ellos preparan su saña y su cobardía, uno se propone en frío no decir nada. Pero con el sufrimiento, con la tortura enloquecedora, puede llegar un momento en que ya no eres tú en que te conviertes en otro. En otro ser, en un ensangrentado fantasma desollado y enloquecido. Algunos compañeros, cuando notaban que ya no eran dueños de sí mismos, se suicidaban para no fallar…

No dijo nada. Durante las torturas de los últimos días, perdía el conocimiento una y otra vez, cada vez con mayor frecuencia. Le daban baños fríos para reanimarle. Y seguían. El 8 de junio se lo llevaron a la Cárcel de Portier. Físicamente era un muchacho de 18 años destrozado: "tenía los brazos deshechos, las piernas quebradas, los pies quemados…" No podía llevarse la comida a la boca, no podía coger la cuchara. No andaba. Sus compañeros de prisión tuvieron que darle de comer como si fuera un niño y llevarle en brazos cuando quería hacer sus necesidades.

La antesala de la muerte
La Cárcel de Portier era la antesala de la muerte. En los primeros cinco años que siguieron a la victoria franquista, la "saca" era diaria. Le llaman "saca" al grupo que se llevan para fusilarlo. Marcos Ana detalla:

Cada "saca" en Portier era de 40 ó 50 compañeros. Toda la sangre les parecía poca. En aquellos años, fusilaron a más de 300 mil españoles. Eran sistemáticos: en un pueblo de Valladolid, fusilaron a todos los afiliados a la Unión General de Trabajadores.

Tenían la lista de los sindicatos y los mataron uno a uno, por orden.

Marcos Ana también estaba condenado a muerte (habla poco de esto) y escuchaba a veces esta frase de los guardianes: —Mañana te toca a ti.

Después le conmutaron la condena por ser menor de edad y vivió otra vez "en capilla" cuando volvieron a condenarle a muerte en 1943. Ya tenía 22 años. Fue entonces cuando la madre, la campesina Ana Castillo, no soportó más: perdió el conocimiento cuando lo supo y nunca lo recobró.

Él sigue explicando lo de las "sacas":

Había en las cárceles gente espléndida que se la llevaban a la muerte. Compañeros fraternales que nos los arrancaban en las madrugadas.

¡Qué sensación de soledad, de vacío dejaba su ausencia irreparable! Estudiábamos y conversábamos con ellos hasta el final. Había que conservar la fe en el futuro, había que combatir la desesperación llenando las horas con lecturas, con charlas, enseñando cada uno lo que sabía a los otros. Así el tiempo, aunque le parezca raro, se nos hacia más corto y eso era una victoria. No nos quedaban horas para la angustia.

Ahora quiere que yo me entere de cómo es posible salir indemne, entero de una vida así, de una vida sin vida como ésa. Explica:

Sólo los que permanecimos fieles a nuestras ideas, vencimos el aniquilamiento del presidio. La moral revolucionaria, la seguridad en un porvenir victorioso, se alzan como un dique humano y formidable frente a la destrucción física y moral que persigue el régimen carcelario franquista. Los que querían salvarse traicionando o arriando sus banderas de lucha, terminaban en el suicidio, en la locura, en la desesperación ciega. Como guiñapos, como trapos sucios...

Yo personalmente —añade— estudié mucho en aquellos 22 años de encierro. Leía y releía todo lo que caía en mis manos. Escribía. Y hablaba con mis hermanos presos. Horas y horas. Procuraba que mantuvieran y enriquecieran su conciencia revolucionaria; que supieran por qué sufrían, por qué luchaban, por qué su causa es invencible; cómo no sólo nuestro pueblo, sino todos los pueblos del mundo estaban con nosotros al otro lado del muro y cada vez se notaba más su presencia. Y se notaría cada vez más, y cada vez más...

Se detiene. Dijo frase más largas de lo que acostumbra. Acepta una taza de café cubano:

Sólo un poco, para gustar su aroma.

Explica:

No sé, en presidio podía digerir hasta las piedras. Ahora en libertad, el estómago se pone mañoso y se niega a aceptar algunas cosas.

Tal vez le parece demasiado agitada esta vida de afuera.

La oscura soledad
En la biografía singular y conmovedora de Marcos Ana. asombra enterarse de datos y detalles del largo sufrimiento del poeta. Su ficha de preso acusa este trayecto: de Porlier a la Cárcel del Conde de Toreno (ahí conoció al gran poeta Miguel Hernández muerto en un calabozo); de allí al Penal de Ocaña; (Toledo) más tarde a la Prisión de Alcalá de Henares (la ciudad de su infancia, la del mitin revelador); luego al Penal Central de Burgos donde pasó los quince últimos años.

No les gustaba a los jefes carcelarios aquel joven que orientaba y animaba a los demás; por eso le impusieron larguísimos periodos de incomunicación.

Si enloquecía, acaso perdiera aquella fe contagiosa, aquel ánimo, aquella fraternidad. Varias veces le arrancaron de sus compañeros para someterlo a lo que ellos llaman "aislamiento por peligroso".

Marcos Ana batió dramáticos records de aislamiento, de oscura soledad; 307 días (casi un año) incomunicado en Ocaña (Toledo). De ellos, tres meses de aislamiento total, sin salir del calabozo, sin hablar, sin andar; el resto (217 días), permitiéndosele salir al patio él solo, durante una hora. Cada uno de aquellos 307 días, los carceleros llenaban de agua el suelo de su celda solitaria en Ocaña y le quitaban la colchoneta de paja, que sólo recuperaría en la noche. Debía estar de pie, en vela, sin reposo. En el Penal de Burgos, estuvo nueve meses incomunicado, como rehén. La técnica es ésta: las autoridades del Penal eligen a los 20 ó 30 presos de mejor espíritu, de moral más alta, los más queridos por sus compañeros y los aíslan en calabozos individuales. Son los rehenes. Si los demás presos "se portan mal" —huelgas de hambre, rebeldía…— a los rehenes "les puede pasar algo grave…

Marcos Ana concluye:

Ese monstruoso sistema de los rehenes sigue aún, hoy día, en el Penal de Burgos. Aquella soledad absoluta de las incomunicaciones la aproveché para reflexionar, para madurar lo que había aprendido, para ahondar hasta su entraña en la verdad y la justicia de la causa del pueblo.

Le observo mientras habla. La frente surcada de una red de finas arrugas. Tal vez muchas de ellas nacidas en el vacío solitario de la celda de castigo. Su rostro es meditativo y expectante, de facciones nítidas, como si lo hubiera dibujado alguien que supiera muy bien cómo son los españoles.

El poeta
Fue en 1954. Una de las veces que Marcos Ana estaba "aislado" en un calabozo, sus compañeros del Penal de Burgos se las ingeniaron para hacerle llegar un pequeño tomo —impreso en fino papel biblia— con las poesías de Antonio Machado. La esplendorosa transparencia, la humilde riqueza de los poemas de Machado impresionaron hondamente al preso.

Poco después —dice— empecé a escribir poesía yo mismo. Logré leer en presidio a Lope de Vega y a Quevedo; a García Lorca, a Rafael Alberti y a Miguel Hernández. Ya casi se me había borrado el mundo, se me había olvidado cómo era la vida, se agotaban las reservas de mis recuerdos… Pero podía escribir poemas sobre mis compañeros, sobre el aliento vivo y rebelde del Presidio; podía lanzar mensajes al mundo, encender más la solidaridad internacional hacia nosotros que ya nos llegaba como una onda cálida y animosa...



Decidme como es el beso
de una mujer. Dadme el nombre
del amor: no lo recuerdo
¿O sólo queda esta fosa.
la luz de una sepultura
y la canción de mis losas?

Y el mundo de fuera escuchó al poeta presidiario. Su poesía —denuncia de un enterrado vivo, resplandeciente de emoción y sinceridad— llegó a los más distantes países por caminos misteriosos. A veces un preso que obtenía libertad se aprendía los poemas de memoria y los recitaba a "alguien" que se encargaba de que cruzaran la frontera.

Marcos Ana comenta sonriendo: "Lo malo es que a alguno de estos compañeros recitadores se les olvidaban de pronto un par de versos y los inventaban por su cuenta. Por eso, he visto después algunos poemas míos publicados con curiosos remiendos incrustados..."

Otras veces, procedimientos más complejos hacían llegar el texto de su poesía a las revistas de Europa y de América, a las sociedades de escritores, a los otros poetas. Se publicaron en Francia, en Inglaterra, en la América Hispana, en los países socialistas, en Italia. Poemas sueltos, traducciones aisladas que se leían con avidez, que estremecían con su verdad sobrecogedora.

Me explica su singular manera de hacer poesías:

Escribía mis poemas por las noches, a escondidas. Me tapaba con las mantas y encendía adentro un farolito de petróleo. A veces, hasta el amanecer, hasta que sonaba la corneta de diana. Por eso una noche escribí estos versos:

Después, cuando amanezcan
los ojos y las llaves,
me guardaré la voz en un zapato…

Lo curioso —prosigue— es que, cuando el poema llegó "afuera", algunos no lo entendieron y anduvieron comentando que yo escribía poesía surrealista. Pero aquello del zapato, donde yo ocultaba mis versos recién hechos, era la pura verdad, realismo absoluto.

“Nadie cenó esa noche"…

Año tras año subió la solidaridad humana por el poeta ahogado entre los muros. Los poetas del mundo, los escritores, la gente que quiere la justicia, los que están contra el crimen y por la paz, pidieron que se le abrieran las rejas. Telegramas, cartas a España: firmas ilustres, junto a nombres humildes de hombres y mujeres del pueblo.

Y llegó la orden de libertad. Se iría por la noche, a la hora de la cena. En silencio, para evitar las manifestaciones de adiós de sus compañeros. Así lo tenían dispuesto los jefes del Penal Central de Burgos. Pero una voz ágil hizo correr la noticia y el Penal entero se negó a cenar. Querían despedir a Marcos Ana, al veterano compañero que les alentaba, en sus penas, al que estimulaba su fe revolucionaria con el espejo de la suya.

El recuerda:

No, no cenó nadie, aquella noche. Con la emoción de la despedida nos salieron muchas menos palabras de las que queríamos. Ellos se quedaban, yo me iba. Lloraron todos, yo también. Yo también lloré mucho.

Se detiene un momento:

Cuando salí, miraba hacia atrás y no disfrutaba de la libertad con la que tanto había soñado. Me parecía que “me arrancaban del Presidio injustamente", ¿comprende? Para la gente, nuestros presos no tienen rostros. Son una idea abstracta: los presos políticos españoles. Para mí, cada uno es un hombre con todo lo que un hombre significa. Los conozco uno a uno. Sé de sus problemas, de si tienen hijos, de cuánto tiempo hace que no ven a su mujer… Sé de sus enfermedades, de sus ilusiones y su dolor, de sus esperanzas… Mi vida estaría destinada a ellos mientras quedara uno sólo allá, encerrado, apartado del mundo por querer la justicia.

Los muros quedaban atrás para Marcos Ana. Era el comienzo de 1962. Cuando entró en aquellas tinieblas era un muchacho campesino de 18 años; cuando salió, un hombre de 41 años. un revolucionario entero y verdadero, un poeta del pueblo, una voz viva de los presos de España. Salía íntegro de "aquello", que casi no se puede narrar.

Dice:

Viví en presidio, junto a aquellos hombres, junto a mis hermanos, el máximo horror y también la máxima abnegación y fraternidad. Lo mejor de lo humano exaltado por el sufrimiento y la fe.

Fue un cambio brusco ("Me levantaron de golpe la tapa del ataúd") y pasó sin matices desde la parálisis de la cárcel —la vida pautada, regimentada, quieta— al vértigo aturdidor de nuestra época. No conocía nada, no había visto nada de nuestro tiempo. Un tránsito duro que él superó con esa entereza suya que parece inextinguible.

Naturalmente, la justicia franquista no le dio la libertad total. Eso allí no se usa. Marcos Ana quedó en Madrid, en "libertad condicional" hasta que expirara su condena el 3 de noviembre de 1980. Hasta ese lejano día, debía presentarse —cada semana— a la policía en la comisaría del barrio de Usera. Además, dos agentes le seguían día y noche "para ver cómo se portaba".

Pero en España han pasado muchas cosas en los últimos años. El pueblo ha recobrado su poder combativo y hay poderosas organizaciones enemigas del régimen de Franco que no son mancas. Ni mucho menos.

Marcos Ana debía salir al extranjero. Y salió. Los dos agentes que eran su sombra, sólo pudieron vigilarle un mes. Un día se les evaporó sin que se dieran cuenta. El "aparato clandestino" se encargó de pasar al poeta a Francia.

Me cuenta Marcos Ana una historia humorística sobra su repentina desaparición:

Dicen en Madrid que inmediatamente después de mi paso a Francia, el Jefe de policía mandó llamar a su oficina a los dos agentes que me seguían. Les preguntó: "¿Cómo se porta Marcos Ana? ¿Qué vida hace?" Los sabuesos respondieron, con prontitud: "Se porta bien. Hace su vida normal". El indignado jefe les gritó: "¡Y tan normal , Anoche lo escuché hablando por Radio París!".




El embajador de los presos
En Europa, la palabra de Marcos Ana fue como una herida abierta mostrando la insaciable represión franquista —activa 24 años después de terminada la Guerra— y la monstruosidad de sus procedimientos procesales. Le escucharon católicos, liberales, demócratas, gente decente de diversas ideas. Los presos españoles tienen en él un representante incansable, un activísimo embajador. Sin reposo, con prisa por hacer saber la verdad.

Marcos Ana habló en París, compareció en la televisión, recibió un homenaje de los escritores franceses. Habló en Londres en la Cámara de los Comunes, en el Congreso del Partido Liberal inglés, en una Universidad de Oxford, ante los mineros de Gales. Llevó su denuncia a Italia, a Suiza, a Holanda. Conmovió a Moscú y a los delegados extranjeros en la Conferencia Mundial de la Paz. Se le escuchó en Helsinki y en Bélgica, donde fue recibido por la Reina Abuela de los belgas, la reina Elisabeth.

El hombre quieto del presidio, se convirtió en un viajero febril. No olvida a "sus" presos. Por todos lados quiere que se oiga el nombre de Ramón Ormazábal y sus compañeros, sometidos a brutal martirio. Hombres valientes, de una dignidad de roca. Y el nombre de Julián Grimau, arrojado por una ventana de la Dirección General de Seguridad madrileña después del tormento. Y el de Pedro Ardiaca y el del doctor Antonio Gutiérrez Díaz.

Pide solidaridad: que la protesta de todos detenga la crueldad de un régimen que se agrieta. Insiste en esto:

El centro de mi actividad está en la lucha contra el terror y la tortura que sufren los detenidos en mi Patria. A partir de las huelgas de abril y mayo del año pasado, la policía franquista elevó a niveles homicidas la tortura a los detenidos políticos… Quisiera tener mil bocas para hablar contra esto, mil plumas para escribirlo pidiendo a todos que nos ayuden esta batalla humana.

"No hay muros para Cuba"
Me pide un vaso de agua helada. Lo bebe a grandes sorbos. Salimos juntos a la terraza, porque quiere ver el mar que abraza a La Habana. Ya cesaron aquellas ráfagas de viento que golpeaban las puertas. Hace más calor. Marcos Ana está en Cuba invitado a las fiestas del Cuarto Aniversario de la Revolución.

Disfruta aquí. Saborea el espectáculo de este pueblo libre y alegre que construye su nuevo destino. Quiere verlo todo, no se quiere perder nada. Trasnocha, viaja, habla con la gente. Dice:

En Cuba no se duerme nunca. ¿Para qué?

Todos quieren escuchar al poeta que volvió de las tinieblas. Él no se niega: da charlas, conferencias y lee algunos de sus poemas a los becados, a los obreros, a los escritores, a los españoles que viven en Cuba, al pueblo. Algunas muchachas se saben sus poesías de memoria. Las dicen con el suave acento cubano, añadiendo melancolía al tono de aquel prisionero castellano que las escribió.

Me cuenta que de aquí se irá a Europa y de allí zarpará a México, Chile, Uruguay, Brasil y otros países latinoamericanos. Les llevará la voz de los presos de España:

Pero me da lástima irme de Cuba. Aquí me parece estar en España en 1936, con el fusil al hombro. Es maravilloso poder visitar una Granja del Pueblo que no esté a cinco grados bajo cero. Poder ir en mangas de camisa, a la cubana.

Habla de la presencia de Cuba en el Penal de Burgos:

—Aquellos muros no eran lo suficientemente inexpugnables como para que no recibiéramos noticias de la Revolución Cubana. No hay muros para Cuba. Cuando lo de Playa Girón, los presos sentíamos las manos ligeras. Nos faltaba un fusil. Mientras no nos llegó la noticia de la derrota de los mercenarios, estuvimos en vilo. Nadie quería saber nada de nada: sólo de eso.

No vivimos, no se vivió en la cárcel hasta que se supo de la victoria del pueblo. Y entonces, ¡qué alegría! No se recuerda allá un día tan feliz como aquél.

—Otro día, nos llegó por conductos "milagrosos", un ejemplar de la revista "Verde Olivo", órgano de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Tenía de todo: hasta retratos de- Fidel. Confeccionamos con ella un periódico mural plegable. Nos quedó precioso y manejable. Pudimos pasarlo de celda en celda e incluso hacerlo llegar a compañeros que estaban incomunicados.

Se impresionó mucho con el desfile ante el pueblo y su líder, en la Plaza
de la Revolución, Dijo:

Dejé mi juventud y la mitad de mi vida en los patios y las celdas de las prisiones españolas. Pero ése y mayores sacrificios se pueden ofrecer a cambio de la alegría y el orgullo que me conmovieron esta mañana del Cuarto Aniversario.

Cuando, al terminar el desfile militar avanzó el pueblo en masa, como una riada incontenible hacia la Plaza de la Revolución, el corazón se me vino abajo cargado de emoción y de entusiasmo. Me parecía estar soñando y quiero este sueño también para mi Patria.


Fidel con Marcos Ana
Y estuvo con Fidel. Una cordial entrevista entre el Comandante en Jefe y el Poeta de los presos. Me refiere sus impresiones. Acumula las frases veloces, unas sobre otras, como siempre que algo le emociona. Dice Marcos Ana:

Hablamos largo rato. No sé por qué sentí la necesidad de llamarle de tú. Me pareció un hombre genial y primitivo, en el sentido de que es una fuerza natural, como un vendaval. Él comprende que su fuerza está en su pueblo y su corazón late al compás del pueblo. Ese es uno de los signos de su genialidad. Es inteligente, con una viveza de relámpago, y siempre da la sensación de que es un guerrillero. Un guerrillero ilustrado. Es intuitivo. Tiene un gran poder natural de comunicación, un magnetismo personal ineludible. Acaso me sentí tan rápidamente identificado con él, porque es tan inquieto como yo. Como le preguntaba tanto y sobre tantas cosas, me bautizó riendo como El Policía Curioso. Me habló de la propuesta de canje que le hizo a Franco: el Gobierno entregaba a un cura español, creo que un capuchino, que vino como paracaidista cuando la invasión de Playa Girón, a cambio de mi liberación. Naturalmente, Franco se hizo el sordo. No quiso. Pero aquello, y así se lo dijo a Fidel, fue sin duda un factor importante que apoyó las constantes demandas internacionales que pedían mi libertad.

Volví a ver a Marcos Ana el día antes de su partida hacia Praga. No quiso despedirse:

—No, no me despido. Volveré en cuanto pueda. Soy feliz aquí y pienso cómo se sentirían mis hermanos presos si pudieran ver este pueblo y su Revolución.

Unos días después leí un cable recién llegado de Praga. Eran las primeras declaraciones de Marcos Ana a los periodistas. Retuve esta frase suya:

"Es más difícil vivir lejos de Cuba, que morir por Cuba".

La Habana, abril de 1963


RECORTES DE PRENSA 2
Periódico MARCHA 28 de junio de 1963

LOS PRESOS DE BURGOS NOS LLAMAN
Nunca, desde los días de Líster y el Ejército del Ebro; nunca, desde Capital de la Gloria; nunca desde aquel ferroviario que escribía con el dedo "Bivan los compañeros, Pedro Rojas", he sentido tan honda, tan estremecida y lacerante, —como un gran árbol lleno de lágrimas y gritos— esta España que vive presente en nuestro corazón.

Muro se llama la pequeña revista que los presos políticos escribieron para nosotros, hombres de América Latina, hijos y padres adoptivos de España, para darnos un apretón de manos, mostrarnos lo que son y cómo viven, y pedirnos que no los olvidemos: "Estamos en deuda con todo el mundo. El corazón de cada preso es un gran campamento donde el amor y el agradecimiento velan y trabajan incansablemente. Quisiéramos llegar a todas partes, estrechar, una a una, todas las manos que se tienden hacia nosotros" dice Marcos Ana en la emocionante "Carta a nuestros amigos de América Latina" que abre este número único de la revista secreta del penal de Burgos que el Consejo Iberoamericano pro Amnistía para los Presos y exilados de España y Portugal ha editado en facsímil para recaudar fondos para su obra solidaria.

Muro. Páginas de la prisión. Burgos, agosto 1961. Así reza la portada, y tras ella cada letra cuidadosamente caligrafiada, cada poema, cada estadística sobre los centenares de presos y los millares de años de sus condenas, cada historia personal desgarradora, cada dibujo por donde pasan imágenes de las celdas, palomas que vuelan en la noche, retratos de amigos y de condenados, monstruos pesadillescos, va componiendo un testimonio trágico, austero e implacable, cuya lectura casi no puede resistirse.

Porque allí está la carta que una niña de doce años escribe a su padre preso para contarle con su redacción elemental y su ortografía penosa, de otro drama, el de la casa, el del hambre: "Papá ya no voy a la escuela porque mamá viene muy cansada y yo soy la que le doy de comer por la noche a los niños". Porque allí está la historia de Antonio Gil Benet, 66 años, ex-presidente del Sindicato de Profesores de Orquesta de Santander, miembro de la Asociación Nacional de Directores, el maestro Gil Benet que tocó durante años el violín en la prisión y cantó empecinadamente a pesar de sus sufrimientos, para sus compañeros de cárcel. Porque allí están las historias sucintas: la más conocida de Fernando Macarro Castillo y la de Melquesidez Rodríguez Chaos, y Jacinto Ochoa Martocirena, y Fabriciano Rogel Fidalgo y Rafael Gómez Peres, todos esos hombres que entraron en la juventud a la cárcel y que nos dicen "El general Franco nos niega, pero existimos. En los presidios españoles seguimos centenares de presos políticos. Algunos van saliendo en libertad después de haberse dejado bajo los muros. 10, 15 y hasta 20 años de su vida. Pero los puestos se cubren con rapidez"
Allí aparece de pronto la impresión en tinta negra de una mano abierta, con su gran M de muerte en la palma; una mano cuarteada, hendida, trabajada por la vida, cavada por una historia proletaria que empieza a los 14 años de aprendiz de encuadernador, y que a través de prisiones sucesivas llegará a la actual condena a 30 años de cárcel. Es la mano de Manuel Mota Montero, obrero encuadernador de sesenta y un años de edad, golpeado y torturado en varias oportunidades, internado ahora en la enfermería de la prisión, una mano abierta que dice "alto, aquí estoy, muriéndome".
Allí está la voz grave de Marcos Ana, el muchacho que se hizo hombre maduro en la prisión, que se hizo poeta de seca, maciza entonación dramática, que trepando por los libros de Antonio Machado, de Miguel Hernández, de Rafael Alberti, alcanzó por fin una voz propia con la cual decir sin lágrimas de su vida deshecha.


Decidme cómo es un árbol.
Decidme el canto do un río
cuando se cubre de pájaros.

con la cual, desde la oscuridad, desde la clausura, nos acerca su mensaje, el eco transido con que responde al clamor que el mundo levantó por salvarlo:

Hago señales en la Noche. Muevo
mi corazón como un farol da sangre.
Escucho el eco rojo, la resaca
de un corazón gigante.
Me llega su reflejo. Se deslumbra
la Noche de las cárceles.

Muro se llama. "Imaginad el audaz proceso que sigue la elaboración de una revista en la cárcel. Pensad en cada colaborador trabajando en la noche silenciosa, sobresaltado por los " alertes" y las rondas de los funcionarios. En ocasiones, cuando todo está terminado, hay que romperlo para volver a comenzar a los pocos días; y esta operación de romper y rehacer, puede repetirse dos, tres, cuatro veces, convirtiéndose en un auténtico trabajo de Sísifo. Después hay que salvar los muros y hacerla llegar a su destino".
Llegó a su destino, a nosotros los latinoamericanos, y leyéndola he sentido bajo la emoción que eriza la piel, moja los ojos, llena el corazón de furias y penas, el orgullo grande de ser hombres en esa dimensión heroica que espanta. Diez, quince, veinte años de cárcel, de vejaciones, de torturas, de aislamiento, como los que Marcos Ana cuenta en esta misma página, han pasado. Han aniquilado las fuerzas del cuerpo y no han podido doblegar a estos hombres, a quienes mueve una indomable fuerza interior, una fe y una esperanza que canta desde el fondo de sus celdas.
Han matado, han asesinado, como a Grimau, han cometido todos los horrores y estos hombres siguen tercamente peleando por sus vidas y por las vidas de todos los hombres. Porque ellos son la sal de la tierra, el grano de mostaza, en ellos está la verdad y la vida, y, ¿quién puede contra ellas?


RECORTES DE PRENSA 3
Prensa Hispano-Brasileña publicación quincenal de Sao Paulo 15-11-1962


NUESTRO MARCOS ANA
Por José B. Vendell
Presidente del Centro Democrático Español

"¡España! es sólo el grito
de mi dolor que sueña…"

Estos versos, de la "Autobiografía'' de Marcos Ana, constituyen el lema del gran panel mural de nuestro Centro Democrático Español. El dolor sueña, y sueña en este grito hondo: ¡España! Ninguna palabra más para este desgarrado grito: ¡basta España!
No elegimos al azar versos y hombre. Sabíamos que todo el odio negro del fascismo se cegaba en este hombre y se estrellaba en este hombre. Todavía Marcos Ana era uno entre sus pares, los 500 presos políticos del penal burgalés y sus versos ya corrían los anchos caminos del mundo; sus palabras ya eran estrella matutina, débil y firme luz arrancada al fondo de las penumbras carcelarias:

"Recitadme un horizonte
sin cerraduras y sin llaves
como la choza de un pobre.
Veintidós años… ya olvido
la dimensión de las cosas…"

En su "Carta a nuestros amigos de América Latina", publicada en la revista clandestina "MURO" órgano de los presos políticos de Burgos, nos habla Marcos Ana de las vigilias del escritor preso, de la vida intelectual peligrosa y heroica de las cárceles: "No sé qué caminos misteriosos abren, los presos en las noches de sus cárceles, pero su voz es invencible. Ahora mismo tengo debajo de mi almohada unos poemas hermosos de la viuda de Beloyannis, escritos en su prisión de Grecia. ¿Cómo llegaron hasta mí? ¿Cómo atravesaron estas y aquellas duras puertas del presidio? ¿Cómo sobrevivieron el manuscrito de Ana Frank y el "Reportaje con la soga al cuello" de Julio Fucik? ¿Cómo horadó su noche la palabra, de Nazim Hikmet? ¿Cómo ganaron la luz desde su celda de condenado a muerte y desde los penales temibles de Palencia y Ocaña, los poemas de Miguel Hernández?"
Muy temprano —no de ahora— Marcos Ana era ya Marcos Ana, escritor y poeta, batallador infatigable, diplomado de la universidad penal de Burgos: "He conocido tal fiebre de estudio en las cárceles que hasta en las galerías de los condenados a muerte estudiaban con ahínco hombres que podían cada noche ser fusilados. He visto a muchos dejar los libros sobre el petate, para marchar ante los pelotones de ejecución.
“Yo debo todo lo que soy al ejemplo, a la solidaridad y a las enseñanzas inolvidables de mis compañeros de prisión" —reza, en su discurso de homenaje a los presos antifranquistas, celebrado en el "Mahatma Gandhi Hall", de Londres, un luminoso domingo, 3 de junio, de este año—.

“Peligroso”, marca su ficha penal: "Fernando Macarro Castillo, conmutado de la pena de muerte. Sesenta años de condena. Cumple el 3 de noviembre de 1980. Ha sido varias veces aislado por razones políticas. “Peligroso, téngaselo bajo vigilancia". Peligroso: las miserias carcelarias, 23 años de presidio, 306 días aislado en celdas de castigo, dos penas de muerte, no doblaron el temple del hombre "que más años, posiblemente, ha estado encarcelado en la historia contemporánea". Salve, Marcos Ana.

Este hombre singular y peligroso, escribía en la cárcel versos de amor y piedad. Solicitudes viriles de clemencia para los condenados. Oigamos su oración "A los católicos":

"Escúchame, quienquiera que tú seas
si es que el amor a Dios el alma te ilumina;
no puedes de este mundo así marcharte,
emprender la gran senda con las manos vacías,
llegar ante las puertas de Dios, que tu fe sueña
para decir: “Señor, no traigo nada;
dame un punto de amor de tu lumbre divina.”
Porque el Señor, tu Dios, contestaría:
Vete, rompe tus pies por los bermejos hielos infinitos,
apóyate en la vara nudosa de tus odios,
serás un caminante para siempre si no hallas
la palma del amor que no quisiste
tomar del árbol que plantó Mi Sangre".


Este hombre singular y peligroso, sufría, padecía en la cárcel. Sentía sobre sí los grilletes suyos, y los de sus hermanos. Su más conmovedora poesía, "Mi corazón es Patio", —clavada la tengo en la retina y en el pensamiento, porque fuimos un millón los condenados— inicia el ensueño de un susurro de mundo perdido, vaga idea feliz quebrada por la siniestra presencia del patio:
"La tierra no es redonda:
es un patio cuadrado
donde los hombres giran
bajo un cielo de estaño.

Soñé que el mundo era
un redondo espectáculo
envuelto por el cielo,
con ciudades y campos
en paz, con trigos y besos,
con ríos, montes, y anchos
mares donde navegan
corazones y barcos.

Pero el mundo es un patio
(un patio donde giran
los hombres sin espacio).

Este hombre singular y peligroso, sensible al amor y al dolor, pictórico de vida encarcelada y rota, tiene sus horas de ira incontenida por el amor y el dolor de su pueblo. Así es, terrible y rotundo, en "Yo denuncio":

Yo no pido clemencia. Yo no pido
con un hilo de voz descolorida
perdón por la vida que me deben.

Odio la voz delgada que se postra
y el corazón que llora de rodillas
y esas frentes vertidas en el polvo.
hecha añicos la luz del pensamiento.
… … … … … … …
Yo no pido clemencia.
Doy banderas.
Paso de mano el golpeado
corazón de mi pueblo prisionero.


Este es Marcos Ana: un glorioso nombre de preso político español, diplomado en la universidad penal de Burgos, que ha, venido a enriquecer las letras y la cultura de nuestra Patria, a través de un cariño insobornable por nuestro pueblo. Porque Fernando Macarro Castillo será siempre Marcos Ana para vergüenza de quienes te encarcelaron, para odio de quienes gimen su libertad, arrancada palmo a palmo por la solidaridad del mundo conmovido.
Hasta para mentir precisa una cierta dosis —siquiera hipócrita dosis— de mesura, capaz de simular la honestidad y la decencia.
En una hojita que anda por ahí, mal escrita en español, copiando al asalariado Víctor de la Serna, y en el órgano del Servicio Informativo diplomático franquista, bien editado con el dinero de nuestro laborioso contribuyente, se pretende descubrir Marcos Ana.
Nosotros le descubrimos y luchamos por su libertad ha largos años, por ello encarna y simboliza España en el gran panel mural de nuestro Centro Democrático Español.
Si las contradicciones entre ambos calumniadores no bastaran —donde el Sr.. Marcial Plaza, asesinado por Marcos Ana, es católico y hombre de orden; donde el mismo Sr.. Marcial Plaza es sacerdote: donde mató, además, al padre del Sr.. Marcial Plaza; donde no mató al padre del mismo Sr.. Marcial Plaza, etc.—; si no bastara la temprana edad de Marcos Ana —quince o dieciséis años a lo sumo, puesto que nació en 1920 —para ser, en julio de 1936, jefe de un grupo de milicianos en Alcalá de Henares; bastaría la dolorosa realidad y experiencia de constituir la simple denuncia prueba en Juicio ante los tribunales militares franquistas —siendo al acusado, sin defensa, quien debe probar su inocencia— para revertir toda esta montaña inmunda de lodo sobre los hombros de los calumniadores.
Calumniadores que deben recordar todos los días, como sano ejercicio mental, quién asesinó a Lorca, .quién asesinó a Hernández, quién condujo a la muerte a Unamuno, quién condujo a la muerte a Machado. Quizá así se aclaren sus ideas acerca del quién y del porqué, sostuvo bajo presidio a Marcos Ana por 23 años. Siempre fue triste y funesto mentar la soga en casa del ahorcado.
Un gran homenaje, un inmenso homenaje prepara el Centro Democrático Español a Marcos Ana. Los calumniadores no pierden por esperar: tendrán ocasión de conocer quién es el 'hombre que escribió a nuestra Patria, y para nuestra Patria, entre raudales de amor y poesía, el más bello soneto de los tiempos contemporáneos, "A España", digno por su métrica y su estilo, por la brillantez de su concepto y contenido, de la mejor literatura de nuestra época áurea:

Como un mar impotente, en oleadas
suben hasta mi herida fosa oscura,
el clamor de la gente, esa hermosura
de luminosas lenguas desatadas.

Mi voz quiere ir contigo, España. Es dura
esta mudez impuesta por espadas.
Duras son las palabras sepultadas
bajo el silencio alzado en dictadura.

Mira mis manos: crujen contra el muro,
en busca de una luz, una ventana,
llagas de sombra y de dolor oscuro.

Y oye a mi corazón —roja campana—
sonar contra las piedras, ya maduro
de esperar en la pena tu mañana.



RECORTES DE PRENSA 4
[…..] …comercio y con muy poca instrucción (la propia de los muchachos del pueblo de la España de la época) se lanza a la lucha política, afiliándose a las Juventudes Socialistas, y como tal participa de inmediato en la guerra desatada por el fascismo. Circula por ahí un anónimo libelo que le atribuye a este adolescente toda clase de crímenes en los meses cruciales en que el pueblo español se levantó y armó para defender la patria invadida. Lo cierto es que la propia sentencia de muerte dictada por el Consejo de Guerra Permanente (pues Marcos Ana estuvo condenado a muerte y conmutada luego esta pena por la de inferior en grado) lo condena por el delito de "adhesión a la Rebelión Militar", invocando, en los consabidos considerandos, su filosofía y militancia política como causales de la sentencia.
Esta breve, sencilla y dramática, es la primera etapa de la vida de Marcos Ana, en donde conoció el pueblo, la luz, la libertad y la lucha. LOS NUEVE MIL DÍAS
La otra se arrastra por veintitrés años en distintas cárceles en donde se hacinaban y hacinan, en condiciones sub-humanas, los cientos y miles de españoles condenados con desconocimiento de toda norma de derecho y con violación flagrante de las normas establecidas por la Declaración de Derechos Humanos, documento éste signado por la España de Franco. Y, en esta mitad de su vida, la que se hace en la desesperanza infinita de "las nueve mil noches y los nueve mil días" que el poeta contó uno por uno, alimentando a su nacimiento y en cu ocaso una esperanza que sólo puede nacer da una fuerza heroica, es que surge su voz. Fernando Macarro Castillo se va cayendo a pedazos en las cárceles del régimen.
En ellas nacerá, saltando los muros, llegando a cada hogar español en la gran prisión que es España y en el mundo todo donde aún está dispersa la flor de la raza, la voz del poeta Marcos Ana, un nombre, repetimos, que es el recuerdo dulce y nostálgico de los padres del luchador prisionero.
-Durante esta larga noche que ha durado 223 años, he vivido intensamente las historias más tristes y hermosas que pueda conocer un ser humano.
Dice el poeta recordando que su ingreso a la cárcel coincide con la hora en que se desata la más feroz represión política que pueda-imaginarse, sólo comparable a la que, en horas un tanto anteriores realizó Hitler sublevando la conciencia del mundo civilizado y. movilizando todas sus fuerzas para conseguir su destrucción. Pero la represión de España la ha hecho el mismo régimen que hoy se sienta en las asambleas de la civilización del mundo y quiere co-dictar su derecho y la ordenación de su paz. El poeta recuerda que en aquellas horas el catecismo español, el que han dicho por cientos de años millones y millones de niños, conjugando una voluntad de paz y de amor, fue modificado.
El quinto mandamiento cristiano, que manda el inmortal "No matarás" fue sustituido por el "matarás con Justicia", con lo que el régimen quería hacerse perdonar por su pueblo presente y futuro, la espantosa masacre vengativa. Marcos Ana vive en la cárcel "las historias más tristes". Ana Castillo es una campesina que recorre a pie todo el mapa de España para ver a su hijo hundido en la cárcel de Baldenoceda. Pidiendo limosna, seguramente "por el amor de Dios"; Ana llega un día hasta la casa de altos muros en donde está encerrado su prisionero querido. Pero el régimen no le permite verlo, porque él está en una "celda de castigo", la misma en la que el poeta pasará más de trescientos días interminables. Y la campesina que golpea día tras día la nunca franqueada puerta, un día es encontrada muerta en una cuneta cercana "como un pequeño pájaro, cubierta de nieve, abrazada al paquete que inútilmente fue formando para su hijo".
De pronto, y tras un periodo en que los años se cuenten por días, o los días, se hayan contado por años, empiezan a atravesar los muros de las cárceles españolas las voces que se levantan en todo el mundo reclamando libertad y amnistía. Y dice Marcos Ana a sus compañeros: "Estamos en deuda con el mundo". Pero uno de ellos le da la justa respuesta: "Es el mundo quien está en deuda con nosotros".
Pues antes de Tobruk y de Narvik, antes do Guadalcanal y Stalingrado, los españoles dieron las batallas de Madrid; de Guadalajara y del Ebro por la misma causa del hombre, por la misma causa de la civilización que en tantas partes ha triunfado por la sangre del pueblo vertida, y que en España aún no ha podido prevalecer, a pesar de esa misma sangre, derramada a torrentes.


EL POETA ENTRE LOS MUROS
Es atrás de los muros carcelarios en donde nace la voz de Marcos Ana. Ignoramos cómo formó su cultura, y si ella es o no vasta (aunque todo nos hace pensar que su poesía es más espontánea que fruto de un proceso rigurosamente intelectual).
Su poesía está. naturalmente, ajena a toda influencia verbal que le pueda enriquecer los ropajes. Es una voz desnuda, descarnada y, por lo tanto, penetrantemente hispánica. Es, también, naturalmente popular, aunque no tiene sangre del paisaje para enriquecerse, ni el color del folklore para hacerse diversa. Sólo imaginar al poeta enterrado entre los altos muros de la cárcel, nos hace comprender por qué su verbo poético ha de estar tan cerca de los grandes poetas ascéticos, que están insertos en la más alta tradición de la poesía española. Él lo ha dicho, ha definido su poesía y se ha definido él mismo en este breve poema que le envió a sus hermanos argentinos:




Mi vida
os la puedo contar en dos palabras:
Un patio
y un trocito de cielo por donde a veces pasan
una nube perdida y algún pájaro
huyendo de sus alas.

Si este pájaro lo hace vibrar como si fuera toda la primavera, las pocas cosas que ve y siente en la cárcel le hacen evocar, vibrante y poderosa, a la ausente naturaleza, en la que sueña, confundiéndola con la libertad.
Los corazones de los presos serán para el poeta un árbol "que semeja tréboles rojos en la luz borrosa"; la sangre, su propia sangre enlentecida será "trigo rojo sin espiga", los cerrojos carcelarios "le atravesarán el pecho" y la cárcel será: "los dientes de una ballesta / me tienen clavado el vuelo"... San Juan de la Cruz, sin duda, circula en esta poesía adolorida.
Marcos Ana se pregunta en el silencio por qué está preso y por que lucha, y la respuesta poética ha de ser la clave misma de su esperanza:
Mi pecado es terrible:
quise llenar de estrellas
el corazón del hombre.

Breve, como que cabe en un pequeño resumen que [.......] …es un símbolo vivo y dramático de España; de la España agónica, encarcelada y libre, sojuzgada y eternamente rebelde, protagonista de la libertad, creadora de valores eternos. No sabemos, por cierto, cuál será el rumbo creador que seguirá, ante el mundo que con ojos de recién nacido , está contemplando ahora en el poeta, reintegrado a la vida después del agónico cautiverio. Lo que sabemos si es que su misión humana de ahora en adelante será llegar a todos los rincones de la tierra para levantar su dramática voz solidaria con el calvario de los presos y el dolor de su pueblo; fiel a su propio verso y a su propio destino humano:



Mas no hay sombras de "arcángel
vengador" en mis venas.
¡España! es sólo el grito
de mi dolor que sueña…

Es a ese hombre y a ese poeta a quien queremos que nuestro pueblo reciba con los brazos abiertos.

Luis Hierro Gambardella

También puedes escribirle a Don Ramón para que te lo envíe a otro país, seguro que te encanta su librito de Poemas, él te lo agradecerá. donramon@sinectis.com.ar

NIÑOS ROBADOS

El Rincón de las Miradas

Hola a todos, bienvenidos al Rincón de la Memoria, ¿el porque de ese nombre?, porque para mi es muy importante "No Olvidar", recordar mis raíces, los amigos, las risas, los sueños, las tristezas….recordar cada instante, y no olvidar nunca mis recuerdos.

Un blog de recuerdos de grandes personas e historias, que no deben borrarse de la historia, ni de nuestra Memoria. Un Sitio de encuentros, donde el Olvido y el silencio no tienen la puerta abierta.

Este Blog lo he creado pensando especialmente en dos grandes personas, las cuales admiro muchísimo, son mi buen Amigo Don Ramón de Almagro y Marcos Ana (al cual descubrí un poco más gracias a Don Ramón), Con todo mi cariño hacia ellos.

Y gracias a este Rincón tengo que añadir una extensa lista de amigos entrañables que nunca olvidaré...Andrés Iniesta, Germán, Eva, Carmina, Rafa, kebran y un largo ect.
¡GRACIAS A TODOS!


Datos Personales

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No olviden que a pesar de todo lo que les digan, las palabras y las ideas pueden cambiar el mundo (...).

"Canciones con Memoria"

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D. Ramón y Marcos Ana

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Museo Virtual de la Memoria Repúblicana de Madrid Las víctimas de la Represión Franquista en Madrid