Madrid, 20-10-1962 Sr. Dn. TORCUATO LUCA DE TENA Director de “A. B. C.” c/ Serrano, 61.- MADRID Señor Director: En el número de ayer del "real” y católico “A. B. C.” que Vd. dirige, le obligaron —muy a su gusto, no cabe duda— a llenar la columna de entrada de la primera página de información, donde figura una innoble y desfigurada desinformación relacionada con un acto "Pro-Amnistía", celebrado en Ginebra por españoles como Vd., pero distintos a Vd., afortunadamente.
En la desinformación publicada en forma tan destacada y en "recuadro" —como le ordenaron—, pretenden insultar, agredir y ridiculizar donde no hay más que afán de justicia, democracia, paz y amor; que es el escudo de nobleza que ostentan en el pecho cuantos luchan por la libertad de unos españoles, que sólo sufren dignamente por el terrible "pecado" franquista de pensar en hombres libres.
¡Ya ve, don Torcuato, qué diferencia existe entre el escudo de ellos, y el de supuesta nobleza que tan orgulloso luce usted…!
Al citar en su referencia, la presencia en el acto ginebrino del poeta español MARCOS ANA, se descomponen ustedes; hablan de "representación al publico de un increíble número escénico…"
Pretenden —sin conseguirlo— ridiculizar al poeta, llamándole Fernando Macarro, alias Marcos Ana, para insultarle seguidamente con los apelativos de incendiario de iglesias y asesino…, a quien se presenta ahora como "poeta español exilado".
En su desinformación, ha olvidado Vd. algo muy importante, Dn. Torcuato —con perdón, pues yo no tengo la culpa de que le llamen así—. A MARCOS ANA no "le presentan como poeta español exilado". Es poeta por naturaleza, como todos los poetas, y el "título" de "español exilado" se lo ganó con sus propios sufrimientos, torturas y gallardía, a lo largo de más de veinte años de morir con vida en las mazmorras de los presidios españoles, entre ellas, en las del penal de Burgos.
Usted, periodista, finge sorpresa y pretende burlarse de que un poeta utilice seudónimo, hecho tan corriente entre la gente de letras; poetas, escritores, periodistas…
En el propio “A. B. C.” que Vd. dice dirigir, al pie de las informaciones o comentarios que inserta su corresponsal en Tánger, inscriben ustedes el nombre de dicho periodista, bajo el aspecto de un tal Claudio Laredo. ¿Y no sería más verdad, D, Torcuato —con perdón— el escribir SAMUEL COHEN —judío— alias CLAUDIO LAREDO…?
Intentando ridiculizar a MARCOS ANA, dicen que pretende ser un “gracilazo rojo". No, don Torcuato —otra vez con perdón—, MARCOS ANA sólo pretende ser lo que es en realidad, sin necesidad, de usurpaciones, que no las necesita para nada. Su personalidad, su bondad, su grandeza humana y su idealismo, flotan por encima de todos ustedes.
Y, por último, al afirmar en su falsa información, que en el acto de Ginebra se habían dado unas cifras de presos políticos en España, superior a la cabida de todos los establecimientos penales, bien saben ustedes que mienten descaradamente —y mentir es pecado, súper-católico Dn. Torcuato—.
Lo deforman ustedes todo en sus falsas informaciones. En los actos "Pro-Amnistía " que se celebran por todas partes, NO SE INVENTAN CIFRAS. Se dan las verdaderas, las que componen los presos y condenados encerrados en todas las cárceles y presidios de España. Lo que no se puede hacer es afirmar hipócritamente, como hizo Franco recientemente a un acomodaticio periodista USA, de que en España no hay presos políticos… Eso no lo cree nadie, ni usted tampoco, don Torcuato.
Es posible que un día no muy lejano, MARCOS ANA se presente ante usted. ¡Pero no tema, don Torcuato! No será para "incendiarle ni pasearle". Lo hará con humanidad. Sólo para enumerarle la cantidad de falsedades, de mentiras y de odios que en su calidad de director de “A. B. C.” quiso llevar al corazón de unos españoles, contra otros… Pero los españoles ya no se dejan engañar, se lo aseguro.
Fue una pena, don Torcuato, el que no haya usted asistido "a los números escénicos" presentados en la Maison de Foubourg, de Ginebra, donde habría podido contemplar el cuadro admirable de grandeza que ofrecían unos españoles, que sólo aman la democracia, la libertad y la paz en España.
Y perdone, don Torcuato, que me vea obligado a utilizar igualmente seudónimo —como hace Samuel Cohen o hacía Azorín—, para que mi pobre nombre no figure en los próximos actos en favor de la "Amnistía" de los presos españoles.
Le saluda, Carlos Miró P. D. - No espero que el ruego de que publique esta carta, sirva de gran cosa. Lo haría usted, don Torcuato…?
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1 comentarios:
Me llamo Santiago Gallart.Hay otras vidas que sí están quebradas. Colaboro con la ONG española SOS Infancia su fin es ayudar de la forma más directa, desinteresada y eficaz posible, a la población infantil más necesitada, en cualquier lugar del mundo.
Ayudar a los niños me ha enseñado valores que ya tenía olvidados.
Miren su web www.sosinfancia.es
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